viernes, 18 de mayo de 2012

LA SUERTE






"ESPERO TENER SUERTE EN LA VIDA, PERO MI VIDA NO ESPERA A QUE ESTA APAREZCA"


Hablar de la suerte, depende de lo que entendamos por suerte. En mi caso, no me ha gustado nunca encomendarme a la suerte, pues es una palabra que creo induce al inmovilismo, al conformismo y que además se suele utilizar en muchas ocasiones como excusa.
Y lo gracioso es que a pesar de la poca consistencia que esta tiene como argumento y a pesar también de la falta de evidencias que en la mayor parte de las ocasiones la avalan, se le tiene una fe enorme. Incluso cuando peor está la cosa, más apostamos por la suerte.
Hay pobres vidas ó vidas pobres que han sido constantemente excusadas por una cuestión de suerte y ese argumento fue suficiente para dejar un proyecto sin terminar, no emprender otros o no entrar a fondo y de forma realista en las razones que motivaron el fracaso de otros proyectos. Así como también es cierto que hay otras vidas, aunque no son tantas como se cree, que han sido protegidas, mimadas y agraciadas por la suerte en diferentes y reiteradas ocasiones haciéndoles la vida más fácil, si, pero sin aportar ningún tipo de aprendizaje o enriquecimiento personal.
Rendirnos a la suerte es no enfrentarnos a la realidad, es vivir de una fantasía, es no concedernos la oportunidad de aprender de los errores, porque de esa manera es como si no dependieran de nosotros, como si nada pudiéramos hacer. De que nos sirve aprender de las consecuencias si todo depende de los vaivenes de la suerte.
Sin embargo, el poder aprender de los errores, es para mi  la mayor enciclopedia y fuente del saber que siempre ha existido. Concederse la oportunidad, una y otra vez, en la vida de disfrutar de la natural, eficaz y a la vez formadora y pedagógica técnica del ensayo y error sin ningún tipo de reticencia o miedo a equivocarse.
 Ensayo y error, que se podría decir que es una respuesta de aprendizaje automática del organismo, un mecanismo de defensa que va enriqueciendo nuestra vida y formando lo que llamamos la experiencia. Es más sabio el anciano por anciano, que por sabio.
Eso si, es un mecanismo lento que puede durar toda una vida, pero es seguro y eficaz, a no ser que sea bloqueado y/o frenado por una creencia, una fuerte creencia desadaptativa y paralizante para el desarrollo personal, como es la actitud de vida que todo lo deja en manos de la suerte.  

viernes, 11 de mayo de 2012

LA ESENCIA DEL SER


“CUANDO ALGO GRANDE DESAPARECE DEJA EN SU LUGAR UN GRAN VACIO DIFICIL DE LLENAR. ACASO CON EL TIEMPO…..”




Cuando miro, da igual lo que mire, todo parece cambiado, esencialmente distinto. Sin saber ciertamente que es lo que cambia, sin poder identificar claramente esto o aquello, pero sintiendo que ya no es lo mismo. O mi forma de percibir, o la misma esencia de las cosas en general, ya no son lo mismo. Seguramente con el tiempo, todo volverá a tener su aspecto normal, el de siempre, eso espero.
Y esa transformación se hace cada vez más evidente conforme me acerco a aquellos lugares por donde viviste tus últimos días, la casa, la calle, la cafetería donde tomabas café, el jardín donde tomabas el sol. Todo ello, ahora se me antoja diferente, distinto, sin identidad. Miro las calles, el jardín, la cafetería, y mi mirada no descansa en esa imagen, si no que profundiza inquieta en ella, va más allá, como buscando algo más, algo que complemente la imagen que yo tengo grabada en mi retina, en mi memoria emocional, en mi alma.
Es curioso, como las imágenes del recuerdo sabotean la realidad sin pudor alguno, se cuelan en nuestro día a día y disputan su lugar a una realidad insegura y necesitada del cariño y afecto de  aquellas otras imágenes que ahora yacen en el recuerdo, pero de esos recuerdos que todavía siguen en tierra de nadie como no queriendo aceptar del todo la dura realidad.