Soledad engañosa, oscura soledad, que cuando más acompañado crees que estás, más solo por dentro te encuentras. Solo y vacío hasta retorcerte de dolor, sin saber que es dolor lo que sientes, dolor por tu inmensa soledad, eso es lo que sientes.
Tengo un cuarto oscuro que oscurece mi vida, que hace mi vida más cutre y ensombrece mi pensamiento, maniata a mis neuronas y provoca que estas se acomoden, se acansinen, se amodorren y se infecten de ese virus putrefacto que es la monotonía, el dármelo todo hecho.
Ese cuarto oscuro debería mantenerse siempre oscuro, pero no, a veces se convierte en cuatro, en cinco, en seis, en tres, Sin contar con las consabidas uno y dos, o primera y segunda, al servicio del mandón de turno. Y estos nefastos dígitos o guarismos, se convierten en basura que abocamos encima de las jóvenes e inmaduras neuronas filiales sin la más mínima inquietud o asomo de remordimiento, prueba de que ese cuarto oscuro nos ciega por dentro, nos ciega en las entrañas, en los estómagos, en los corazones, en las morales, en las conciencias.
Es un incordio que se instala en nuestra casa, entre nosotros, y nos desmiembra, nos descuartiza y hasta nos desmenuza sin piedad. Se inmiscuye en nuestras conversaciones y provoca polémicas disputas. Es un asco.
Majestuosamente presente en el centro de nuestra más íntima intimidad, el cuarto oscuro está incómodamente presente en cada uno de los momentos importantes de nuestra vida, recordándonos nuestro carácter caduco y su desprecio por la vida, su poco interés por ella, como un reflejo oscuro de la realidad.
Su vida oscura, deja de serlo para vomitar un retrato irreal, sin sentido, una colección de imágenes impersonales, de hechos vacíos, de momentos rotos, de tiras de peligrosas mentiras que aún así, provocan bocas abiertas, ojos ensangrentados, caras de esas, falta de sueño, y de vez en cuando, lluvia en los ojos, pellizcos en el corazón, bullir de neuronas, carcajadas y colosales e inesperadas erecciones.
Soledad engañosa, oscura soledad, que cuando más acompañado crees que estás, más solo por dentro te encuentras. Solo y vacio hasta retorcerte de dolor, sin saber que es dolor lo que sientes, dolor por tu inmensa soledad, eso es lo que sientes.
Solo en el cuarto oscuro, solo en medio de la nada. Aunque te cuenten que existes, estas muerto, todos están muertos y luego reviven y vuelven a morir. Viven de ello, de vivir, morir y volver a vivir en una próxima película, película de vida y vida de película, o sea, de mentira. Porque en el cuarto oscuro nada es realidad, todo es ficción, hasta lo que cuentan está adornado, adulterado. En ese cuarto oscuro se vive con los ojos cerrados, ciego, sin imaginación, sin vida propia.
Cuando la habitación está completamente a oscuras es cuando mejor me siento. Esa ausencia total de luz me inyecta paz. Que difícil es conseguirse un chute de paz en estos tiempos, de esa paz y tranquilidad que te invade hasta los huesos, de esa mansedumbre en la sangre, de esas carnes quietas, blandas, relajadas y de esas malas ideas ausentes.
Así de distendido y laxo me siento cuando la habitación oscura y superflua está muy oscura y muda, como muerta, cuando sólo es un mueble, lo que siempre debería haber sido.
¿Entonces, porqué esta inquietud por dentro, porqué este desasosiego, porqué esta necesidad, este impulso, de entrar de nuevo en el cuarto oscuro?
El cuarto oscuro llega a poseerte, a raptarte y no sólo tu cuerpo físico, sino también tu mente: tu imaginación, tu inteligencia, tu juicio, tu voluntad.
Te absorbe, hasta el punto de que obnubila tu mente llegando a hacerte creer que sientes afecto por él, que le necesitas, te sientes oscuro y necesitas de esa negra oscuridad para vivir. Como un autómata sin iniciativa, te sientas pasivamente delante de la negrura y en tu mente predominan las tinieblas .Tu Vida se oscurece, tus proyectos se apagan, el luto envuelve tu existencia y no encuentras el momento, ni la ocasión para escapar de ese cuarto oscuro, aún encontrándote la puerta abierta, y sintiendo afuera la luz.
Es el síndrome de Estocolmo el que te arrastra implacable hacía tu propio verdugo oscuro, donde esa misma caja oscura que te tiene atrapado, poseído, y secuestrado, a la vez te atrae y te apasiona.
Pero el que todo el mundo se deje engañar, el que esté de moda o que esa caja actué como una droga, no me forzará a declinar en mis obligaciones. No voy a consentir que el cuarto oscuro envuelva a mi familia, a mis hijos y los convierta en simples muñecos ciegos ante la oscuridad, robots extraviados en la habitación, perdidos en su engañoso universo del cual no pueden ni quieren salir, aturdidos por su continua ráfaga de imágenes, bombardeados por sus mensajes facilones, eclipsados por su falso encanto, y ensimismados y vacíos, como embobados ante la caja negra.
Lucharé, lucharé con la mirada, con la palabra, con todo mi poder de convicción, aunque sé que no es nada fácil, que si yo poseo buenas armas de convicción, estas no valen nada ante la nada, la oscuridad, las sombras. El cuarto utiliza grandes trucos, frases hechas tremendamente elocuentes, colorido, caras famosas, mensajes subliminales, engaños sublimes que desbordarán mis recursos.
Estoy perdido.
Bueno, no del todo. Yo aún tengo un último y radical recurso, táctica que me avergonzaría tener que utilizar, pero que si no hay otro remedio utilizaré. Puedo desenchufar la oscuridad, interrumpir la corriente continua de heces y desconectar por la fuerza ese maldito poder de seducción.
3 comentarios:
Me he sentido muchas veces atrapada en ese cuarto oscuro. La tristeza es una amante persuasiva de la que es dificil escapar. Es un vicio, una droga..
Pero solo en nosotros está la voluntad de salir de ese bucle. No hay mal que cien años dure..
Ese cuarto oscuro a veces se hace nustra mas fiel compañera..solo hay que tratarla bien y dejarla escapar...
Y dices que te gusta como yo escribo? solo soy una simple aficionada a tu lado, tu relato me encanto.
Gracias por tu visita a mi eclipse, alli siempre tendras un rinconcito entre las estrellas por si decides regresar.
Me ha encantado leerte.
Un besito y una estrella.
Mar
meri: De ese circulo vicioso hay que salir cuanto antes.
Animo, todo pasa.
gracias por tu visita.Un beso.
mar: Tu tienes mucho sentimiento y lo contagias. Y mucho arte en tu blog. Pasaré a menudo por tu rincón.
Gracias por venir.
Un abrazo chillao
Publicar un comentario