jueves, 21 de febrero de 2013

ESA OTRA VOZ




                                                           

A veces a solas resuena mi voz, unas veces limpia, otras veces ronca, dura e inflexible. Es una conversación en una sola dirección, sin respuestas y hasta sin sentido. En ocasiones perversa y casi siempre, despiadada y traicionera.
Voz que resuena en mis adentros con una cadencia pertinaz, como un eco triste y desmoralizador.
A veces imploro una mente muda, capaz de callar cuando estoy a solas, desnudo y desesperado, que tenga piedad y respete mis silencios, mis momentos de duda, mi ánimo herido.
Oigo mi voz pero no la reconozco, no comprendo su ataque feroz. Me duele su ingratitud, su forma descarnada de inmolarse, de revolverse contra si misma infectando aquellas heridas que de por sí ya duelen y en esos momentos en que más indefenso estas, momentos en que tu cuerpo cruza el desierto y tu mente queda despoblada, excepto de tu voz.

3 comentarios:

Framboise dijo...

"A veces imploro una mente muda"... unos ratitos al día para descansar, vale. Pero mejor escucharla e intentar rebatir sus argumentos o analizar para ver si está en lo cierto ¿no?...
Un abrazo.

diego dijo...

La voz de la conciencia, a veces tan dura y despiadada...

Patricia dijo...

Precioso, simplemente precioso.