martes, 4 de junio de 2013

CARCAJADAS



                                                           



Precisamente después de un ataque de risa de esos que duran media hora y que sólo ver al otro reírse hace que la risa continúe, como por contagio. 
Como digo después, una vez recuperamos el control, Valentín se puso muy serio y me dijo: Roberto, sabes, me gustan las carcajadas, esas carcajadas desgarradoras, esas que duelen. Y a veces pienso que me gustaría ser una carcajada, poder vender carcajadas o guardarme unas carcajadas para otro momento. También me gustaría soñar con carcajadas y nunca he soñado con ellas. Me gusta mearme encima a carcajadas y no me fío de quien no se haya meado nunca  encima en su vida a carcajadas. Tampoco me fío de algunas carcajadas, y sé, sin saber porqué, si la carcajada es sincera. Pero Roberto,  por norma, me cae bien la gente que se ríe a carcajadas y me ha gustado el ataque de risa de antes, me gustan los ataques de risa, ataques de risa a traición, que te hagan llorar.

3 comentarios:

Framboise dijo...

Tetealca, si te sobra alguna, mándamela por favor... una de ésas que te duelen las costillas y te lloran los ojos (que eso de mearme encima... como que no; lo siento por tu amigo Valentín jaja)
Todos estamos necesitados de ellas últimamente.
Se rumorea que mientras reímos no pensamos... ¿Es cierto?...

Un abrazo sonriente :)))

diego dijo...

La gente se ríe cada vez menos. Pero al menos nadie habla de aatques de llanto, sino de ataques de risa. Algo es algo...

Unknown dijo...

http://vcmendes.blogspot.com/