jueves, 26 de febrero de 2009

EL MAR

"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota" Madre Teresa de Calcuta

Mar profundo, mar adentro, que cuanto más adentro llego menos te conozco y más te quiero. Surcar tu superficie y acariciar tu enorme cola es lo que añoro y bajar a tus abismos deseo a la vez que recelo.

Gran respeto me mereces, gran alivio me proporcionas, cuando estoy a tu lado y todo funciona. Deseo perderme en el mar, mar de emociones contenidas, mar de sensaciones a flor de piel, mar de vida, y habitar en tus entrañas hasta que una ola me devuelva a la orilla.

Mar, tu nombre me seduce, tu fuerza me apasiona, tu inmensa corona de movedizas olas me relajan y tu color, tu color me eleva a los cielos, me expande en el firmamento y como lluvia de plata me deja caer sobre tu blando colchón de espuma y escarcha. Y allí, descanso mirando al cielo, adormilado por el balanceo de las olas y seguro y protegido por tus colosales brazos, brazos fuertes y seguros, brazos largos y poderosos, sensibles y protectores. Costa blanca, costa brava, costa cálida.

El mar evoca en mi pensamientos perdidos en mi memoria, recuerdos de antaño, de niño, cuando mi excitación al contemplarte era aún mayor, casi conmovedora, pero siempre acogedora.

Mar brava ó mar serena, pero siempre valiendo la pena, bailar contigo de nuevo y dejarse llevar abrazado a tu cintura recorriendo la extraordinaria grandeza de tus profundidades olvidándonos del tiempo, dejándonos llevar allí donde tu alma descansa, donde tu marea nos lleve.

Quien fuera barco velero para con gracia y elegancia posarse en tu cuerpo ligero y fundirse en un abrazo por toda la eternidad, recorrer por tu piel los caminos ocultos y los senderos que transitan tu manto de espuma, oler tu semblante y tragar el sabor salado de tu cuerpo.

Quien no ha jugado saltando sobre sus olas, forzando un choque desigual que termina en revolcón y trago de agua. Quien no ha buceado buscando un final que nunca llega y que se pierde en el infinito. Quien no ha descansado tendido en su orilla sintiendo su fuerza que arrastra hacía adentro con ansia.

El mar, a todos nos seduce la primera vez que lo vemos y nos envuelve tal emoción de la que ya no logramos deshacernos jamás. Esa primera vez siempre nos acompañará y en nuestra mente compartirá un huequecito que irá creciendo con nosotros a lo largo del tiempo hasta anidar para siempre en ella.

viernes, 20 de febrero de 2009

LA RISA DE UN NIÑO


"Cuando un niño ríe, ríe la humanidad, ríen los ríos, las plantas y las estrellas del firmamento"


Hay algo más alegre, encantador y contagioso que la risa de un niño, o alguna luz más intensa y resplandeciente que su cara. Cuando veo a un niño reír, sin saber como, mi cara imita su gesto y sin saber porqué me sorprendo riendo yo también.

Hay algo más ingrato que quebrantar la risa de un niño, expulsar esa risa de su cara, robarle esa felicidad, sin más. Quien despoja la cara de un niño de su sonrisa natural, despoja de ilusión el mundo, el mundo se vuelve más sombrío, apagado y lúgubre a falta de ese faro que nos ilumina y guía hacía un mundo más feliz y optimista.

Cuando un niño ríe, ríe la humanidad, ríen los ríos, las plantas y las estrellas del firmamento. Cuando un niño ríe amanece y sale el sol, los girasoles se vuelven hacía él y se arrodillan, pues reconocen en esa risa alegre y radiante el sustento que ellos necesitan para vivir.

Quien puede dar la espalda a la sonrisa de un niño, quien es capaz de cerrar los ojos ante esa luz, pues, por muy resplandeciente y cegadora que sea, no puedes dejar de mirarle de frente y disfrutar con ese estallido de fuerza, vitalidad y vida.

Quien sabe las horas que yo estaría observando a un niño reír, escuchando ese alegre sonido que entra por mis oídos y se aloja directamente en mi corazón para habitar en él.

Como me gustaría ser risa, para desde lo más profundo de ese cuerpecito, salir surcando pecho y garganta, posarme en sus labios cual catapulta y ser expulsada al viento fresco de la vida para alegrar la existencia de cuantos escuchan su risa.

La risa de un niño despierta sensaciones y sentimientos que andaban dormidas esperando el momento de despertar de su sueño, ese sueño encantado que añora durmiendo la risa de un niño.

Si no es risa que más da, que sea sonrisa, sonrisa esperada, sonrisa soñada, que intenta llegar a ser algún día una sonrisa endiablada. Risa alegre y jubilosa, risa como jamás he oído, risa que torna un día gris en luminoso, que cuando en tu emoción se cierne tormenta, tiene el poder de cambiar esa triste canción por otra alegre melodía como es la risa clara de un niño, de un niño que dibuja en su cara la uve secreta.

viernes, 13 de febrero de 2009

EL SALUDO


“Un buen saludo mirando a los ojos de la otra persona, sonriendo, relajado y acompañado de la postura y expresión adecuados es gratificante tanto para el que lo dispensa como para el que lo recibe”

Hay personas a las que les cuesta trabajo saludar, y con ello no me refiero al saludo típico entre amigos con la consiguiente puesta al día sobre, como estás, donde te metes que no te veo, etc. Sino que me refiero al saludo de “hola”, “buenos días”, “adiós”, a los conocidos simplemente, o ni siquiera eso, al saludo entre personas desconocidas que conviven en una misma población o ciudad. Supongo que será por su forma particular de entender el saludo como algo estrictamente utilizado cuando existe una relación más o menos cercana, o tal vez sea por timidez, o miedo al compromiso o simplemente dejadez.

La verdad es que depende del concepto que la persona tenga de relación o interacción, de que éste concepto sea más o menos amplio y de las características de su personalidad, como el que sea más extrovertida o menos, más o menos expansiva.

Pero también se puede enfocar de otra manera, como un hábito adquirido o aprendido, y como siempre digo, si algo se ha aprendido, también se puede desaprender, pero para ello hace falta una motivación o la anticipación de posibles consecuencias agradables que refuercen la conducta de saludar, y esos argumentos son los que yo espero proporcionar.

Es importante tener en cuenta, algo que hoy en día está súper demostrado como es la importancia en las relaciones humanas o en las interacciones satisfactorias y positivas entre las personas del gesto, o sea, de la expresión, la postura, los movimientos, en definitiva, del lenguaje corporal. De ello depende la imagen que vamos a dar, el primer concepto que se formarán de nosotros, el impacto que causaremos, el empezar con buen pie una relación personal o comercial, el éxito o el fracaso, y sobre todo condicionará los siguientes contactos con esa persona o grupo, aunque no definitivamente.

Por otra parte, hoy en día, cada vez se le da más importancia al gesto, a la postura, a la expresión como catalizador de la emoción; es decir, si logramos cambiar la emoción de tristeza o de depresión por otra emoción positiva, cambiará la expresión de la cara, el gesto y la postura, pero, a la vez, si nos esforzamos en cambiar el gesto, la expresión y postura de tristeza, también podemos conseguir variar la emoción, primero por que cambiamos una actitud personal, además de que en las interacciones con la pareja, hijos, otros familiares, amigos, etc.. el resultado es muy diferente con un gesto o expresión o postura, que con otro, teniendo en cuenta de que la interacción entre personas se nutre de un constante biofeeddback y nuestro gesto, expresión y postura va a condicionar la respuesta que obtengamos de los otros.

También es obvio que los humanos somos por naturaleza sociables y que los mayores logros en nuestra evolución se han conseguido a partir y provocados por la formación de grupos sociales, siendo considerada como contranatura cualquier conducta de aislamiento o huída de las relaciones con nuestros iguales, a excepción de aislamientos temporales voluntarios con fines meditabundos u otros y por el contrario enriqueciéndonos, fortaleciendo nuestra calidad humana, potenciándonos como personas sociables y certificando nuestro absoluto compromiso por la vida, disfrutando de todo lo que ella nos ofrece, sobre todo de las relaciones sociales, del contracto o interacción con otros, bien sea por medio del lenguaje oral, escrito o corporal, con amigos íntimos, conocidos o desconocidos. No se trata de cómo o con quién, sino de una filosofía de vida.

Con todo esto, no se si me daréis la razón, el SALUDO, un buen saludo mirando a los ojos de la otra persona, sonriendo, relajado y acompañado de la postura y expresión adecuados es gratificante tanto para el que lo dispensa como para el que lo recibe, refuerza nuestra imagen y el concepto que tengan de nosotros, facilita nuevos contactos y abre las puertas de una relación más profunda, refuerza la autoestima de los dos, aunque tal vez por motivos diferentes, nos alegra, nos produce satisfacción y nos obliga a sonreír y en definitiva nos hace sentirnos mas cercanos a los demás y disfrutar más la vida.

De hecho satisface igual un buen saludo a un conocido que a un desconocido, aunque sea en otro país y en otra lengua, compruébenlo.

viernes, 6 de febrero de 2009

GARABATOS


“Garabateando los trazos de mi vida y formando el dibujo de mi existencia, consigo creer en el mañana”


A veces invento garabatos en un papel y me gusta ver como el papel va cambiando, se transforma, como pasa de ser una hoja en blanco a ser algo concreto, un escenario al cual le voy añadiendo actores, decorados, que poco a poco van cambiando su fisonomía, una fisonomía que yo reconozco como mía.

No hay un proyecto base o un boceto. No hay nada premeditado, sólo, la mente vuela inquieta entre las nubes y la mano acaricia la base del papel. Tanto la una como la otra, lo hacen mecánicamente unidas, acompasadas, compenetradas. Pero no concentradas en lo que hacen, mente y mano accionadas como por un soplo de aliento que las empuja hacía la hoja haciendo que se derramen en ella significados de tinta que poco a poco van tomando forma. Da igual el papel, da lo mismo el lugar, no importa el momento, es un pálpito, un instinto, un acto totalmente involuntario.

A menudo me relaja el hacer garabatos en una hoja en blanco, mi mente descansa, sobretodo, mí mente descansa, pero también mi cuerpo se deja llevar por la dejadez, se vuelve laxo como si no hubiera nada tan relajante como hacer garabatos. A veces ocurre que ni siquiera soy consciente de que estoy haciendo garabatos sobre el papel, es más, no sé si hay papel o estoy haciendo garabatos directamente sobre la mesa. Mi mano funciona en esos momentos independientemente de mi cuerpo y de mi mente, es como el rabo de lagartija separado de su cuerpo agitándose y contorsionándose por separado, sin un aparente sentido.

Suele ocurrir que cuando me concentro en algo, cuando intento centrar mi atención, sin apenas darme cuenta, como si fuera un autómata, mi mano busca inquieta un bolígrafo o un lápiz y una vez provisto de el busca un lugar donde posarse, para en un acto totalmente reflejo y automático comenzar a garabatear casi sin darse cuenta de ello pues tu mente en realidad continúa centrada en los pensamientos que en ese momento nos invaden. Evidentemente está claro que, sin llegar a saber porqué, el hacer garabatos sobre una hoja en blanco me ayuda a concentrarme, me abstrae.

Pero si tuviera que explicar que es un garabato, de esos, que yo digo, pues diría que es un trazo hecho con un bolígrafo en una hoja de papel, que no sé donde empieza y mucho menos donde va a acabar. Un trazo desalojado de mi interior, que se forma en la mente y se transforma en lo que es, por medio de mi mano.

Un garabato es una hipótesis de mi mente que cobra vida y pare mi mano, pero sin un sentido implícito, únicamente somos capaces de darle un sentido una vez que la mano se ha detenido y en conjunto esos trazos o garabatos se identifican con una imagen mental, pero de la misma forma, la mano podría haber seguido garabateando y esa imagen ya no sería la misma, sino otra cualquiera, otra imagen más, identificada con unos garabatos.

Muchos garabatos han acabado en grandes cuadros, en grandes imágenes, a veces la mente piensa en grande.