viernes, 14 de diciembre de 2012

MIEDO A LA MUERTE



                                           

"Hay personas que de tanto preocuparse por la muerte y por esa vida después de ella, no disfrutan de su verdadera y única vida y hacen de ella un infierno"

Inmersos siempre en interrogatorios circulares que no le llevan a ningún lado, malgastan su vida. ¿Que me esperará después? ¿Porqué nacer para tener que morir? ¿No aguanto tener que dejar aquí a mis seres queridos? ¿Por qué la vida tiene que acabar? ¿Por qué tendremos que hacernos viejos? ¿Porqué la vida es tan corta?
A veces, en momentos de lucidez, son capaces de pensar que todas esas preocupaciones efectivamente son gratuitas y no le llevan a ninguna parte, pues solo es una preocupación anticipada, que al contrario de otras preocupaciones, cuando llegue ese momento tan temido, obviamente, ya no serán conscientes de todo aquello que ahora les preocupa, sino que en verdad los que sufrirán dicho acontecimiento serán sus seres queridos que sigan con vida.
Pero llegado ese momento de lucidez, éste será efímero, pues rápidamente le embargarán nuevas preocupaciones sobre la posibilidad de padecimiento, de sufrimiento antes de llegado el momento de morir, la enfermedad. Y nuevamente todo su organismo se convulsionará ante la gran injusticia de este nuevo hecho, y nuevamente comenzará el interrogatorio circular.
No se si es un miedo aprendido, y si las diferencias individuales se deben a los mensajes a los que hayamos estado sometidos a lo largo de la vida, o más bien es un  miedo atávico, heredado genéticamente en mayor o menor intensidad, o por el contrario es una mezcla de los dos. Lo que si es cierto es que en algunas personas es un miedo que les provoca una intensa angustia durante toda la vida, un miedo difícil de vencer con la razón y un miedo que es espoleado continuamente por diferentes estímulos, estímulos cotidianos que son muy difíciles de evitar como: ver como crecen nuestros hijos, la sirena de una ambulancia, contemplar viejas fotografías, la soledad, pasar junto al cementerio, los días tristes y grises de invierno, una conversación, un programa televisivo, y un largo etcétera.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD



                                               

Ando a grandes zancadas por la avenida, absorto en mis pensamientos.
Debo llegar a casa cuanto antes, mi familia me necesita, no puedo dejarlos solos en este momento.
Me cruzo con personas que ignoro, o simplemente se difuminan ante mi estupor, paso por escaparates que no veo, mi visión de túnel tan sólo me deja ver una escena, mi mujer, mis hijos y mi anciana suegra dentro de unos momentos estarán en la calle, arrojados sin piedad a los pies de la indefensión, seremos desahuciados. Y todo es por mi culpa, no sirvo para nada, no soy capaz de mantener a mi familia. Puedo oírlos llamándome, pidiendo que por favor haga algo, deprisa.
Lo peor de todo es que no sé a donde voy a ir, donde nos refugiaremos, donde dormiremos, esto es el fin. Me gustaría que todo fuese un sueño.
Fermín, querido. Fermín despierta de una vez, por favor, que llevo un cuarto de hora llamándote a voces desde la cocina.
Si no te das prisa llegaremos tarde a la firma de la hipoteca de nuestro nuevo piso.

martes, 20 de noviembre de 2012

NUEVAS ADICCIONES




                                                                      



Cualquier conducta que nos haga sentirnos bien, que nos proporcione placer, se puede convertir en potencialmente adictiva.
Igualmente, todas las conductas adictivas están controladas inicialmente por reforzadores positivos, o sea, el valor placentero que la conducta tiene en sí, pero terminan por ser controladas por reforzadores negativos, o sea, el alivio de la tensión emocional (Echeburúa, 1999; Marks, 1990).


 Últimamente nos enfrentamos a nuevas situaciones potencialmente adictivas, situaciones que ya invaden nuestra cultura por completo y cada vez su accesibilidad se generaliza entre edades más tempranas. Y la verdad es que no hacemos mucho caso de ellas, y la actitud y el tratamiento por parte de los padres ante ellas, no es ni mucho menos comparable al que se da en el caso de las adicciones químicas (cocaína, cannabis, anfetaminas, otras). Y no es que yo diga que hay que flojear o bajar la guardia con estas últimas por parte de los padres, ni mucho menos, sino que deberemos mostrarnos mucho más críticos con estas nuevas adicciones (compras, ejercicio físico, Videoconsola, móvil, Internet, trabajo, comida, sexo, entre otras). Entender que los sermones no hacen ningún efecto si no van acompañados de una conducta que sirva como ejemplo. Que bien puede ocurrir como con el alcohol, que por el hecho de estar tan arraigado en la cultura, no hemos sabido reaccionar a tiempo, ni dar ejemplo los adultos, y ahora nos encontramos con que el 95% de los niños, por no decir el todos, toman alcohol en mayor o menor medida o situación, y a edades tan tempranas que nos asustaríamos. Y  lo más deprimente, delante de sus padres, como algo normal.
Y esto es lo que de alguna forma está sucediendo con estas nuevas adicciones, se están normalizando y cada vez, hay que decirlo, acuden más a las consultas de psicología para su tratamiento por haber llegado, sin saber como, a una total pérdida de control sobre las mismas. Digo que esto mismo es lo que está sucediendo con estas nuevas adicciones porque poco a poco se están integrando en nuestra cultura, están arraigando en ella tan profundamente que llegamos a verlo como algo normal, perdiendo bastante la capacidad de discriminar entre el límite de lo que es una conducta normal y una adictiva y peligrosa.
A poco que pensemos sobre ello, nos daremos cuenta que estas nuevas adicciones son lobos vestidos de cordero, de ahí su peligro, pues ¿como podemos sospechar en un principio que el trabajo, el ejercicio físico, el sexo, las compras, Internet o el móvil puedan llegar a ser un problema?. Es más, su tratamiento necesita un enfoque diferente al de las drogas, pues mientras que en estas el objetivo es erradicar por completo el consumo, en estas nuevas, no nos podemos plantear ese objetivo, con el sexo, las compras, el ejercicio físico, e incluso el móvil o Internet, ni mucho menos con la comida y el trabajo.
Y sin embargo, estas nuevas adicciones son capaces de crearnos un problema personal, laboral, social y familiar. Es capaz de destrozar lentamente todas las áreas de nuestra vida, pues como cualquier otra adicción nos va robando cada vez más tiempo para nuestros quehaceres y obligaciones, cada vez nos exige más tiempo, cada vez nos envuelve más, nos hace perder el interés por todo lo demás y nos aboca a un total descontrol sobre esa actividad. Además de cambiar nuestro humor y nuestro carácter y separarnos cada vez más de nuestros amigos y seres queridos. Existe una verdadera dependencia de ello y como bien decía D. Enrique Echeburúa al principio, pasamos sin darnos a penas cuenta,  de hacer esa conducta porque nos gusta , porque disfrutamos con ella , porque nos causa placer, a llevarla a cabo para aliviar una tensión emocional producida ya por la dependencia, o sea a ser esclavos de ella.

jueves, 4 de octubre de 2012

CREMALLERAS





 "PARECE QUE NO ENTIENDEN, QUE CUANDO ME TAPAN LA BOCA SE ME DESPLIEGAN LAS ALAS"


Las cremalleras para cuestiones de vestuario. Un buen invento, sin duda, por su comodidad y simpleza, por su utilidad y por sus ventajas sobre otras opciones, que nadie se las niega.
Sin embargo, la cosa se complica cuando el destino de tal dispositivo no es otro que nuestros sentimientos, cerrando nuestro corazón, situación que a veces se da cuando pasamos por una relación traumática que nos produce una gran herida, que mientras no se cierra, nos incapacita para habitar de nuevo el territorio de los sentimientos verdaderos. O bien, va dirigido a obstruir nuestra mente, nuestra imaginación. Cosa que aunque muchas veces se ha intentado haciendo lavados de cerebro con el fin de confundir y manipular nuestro destino con innumerables y deshonestos fines, nunca se ha conseguido íntegra y plenamente pues la naturaleza básica de la mente y el pensamiento es por encima de todo libre. Bien es cierto que lo que no consigue el hombre, lo consigue la naturaleza por medio de trastornos funcionales de la mente como la esquizofrenia, por ejemplo.
Aunque creo que su peor destino, el más frustrante y malicioso, es el que intenta impedir que llevemos a cabo nuestro derecho a opinar, hablar libremente, siempre, claro está, respetando al prójimo, o sea, nuestro derecho a manifestarnos espontánea y autónomamente, sin que nadie nos ponga una cremallera en la boca.
Si, ese pienso que es el peor destino de, en este caso,  infame y mercenaria cremallera.
Cremallera que se mantiene cosida a la boca por los resistentes hilos del miedo, miedo paralizante que atenaza nuestra capacidad de reacción y llega hasta a amordazar nuestros sentimientos altruistas y solidarios. E igualmente se mantiene cerrada herméticamente por continuas consignas y amenazas veladas y no veladas que poco a poco y sin darnos cuenta van calando hondo en nuestro interior.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

MIRADAS




                                                 

No hay nada más impactante que una mirada vacía,  una mirada muda, inexpresiva y seca. Esa mirada profunda, pero no hacía el exterior, no esa mirada que profundiza en aquel en quien se posa. Si no, esa mirada profunda hacía su mismo interior, hueca y desnuda, como una cueva oscura y solitaria donde sólo habita el eco que choca de una pared en otra hasta perderse.
Es una mirada que no expresa emoción alguna, ni alegría, ni tristeza, tampoco odio, ni siquiera miedo o sorpresa, es una mirada ida, pero sin saber a donde, seguramente de otro mundo, pero no se sabe de cual, y posiblemente nunca se sepa.
Sin embargo, un día tuvo una mirada y su mirada estaba llena de luz, una mirada radiante,  que irradiaba vida, una mirada pletorita de emociones, una mirada que se podía leer fácilmente y en ella se leía que tenía ilusiones, proyectos, que era feliz, que su corazón estaba entero y su alma pálida, que no temía al futuro y que se sentía acompañado.
Su mirada era capaz de expresar mil emociones diferentes,  que brotaban de ella sin el menor esfuerzo y volaban como palomas mensajeras hacía otras miradas receptoras que leían  el mensaje y contestaban.
Era una mirada profunda, capaz de leer y ser leída, poderosa herramienta de comunicación de un lenguaje universal que no diferencia entre bebes o ancianos, pobres o ricos, entre fronteras, pero que a veces se pierde cuando la mente se quiebra y nubla el entendimiento hasta llegar a perderse allí donde los dos caminos se cruzan, en tierra de nadie, por ahora....

viernes, 7 de septiembre de 2012

INSOPORTABLES PERFECCIONISTAS




                                                                             


“JAMÁS ENTENDERÉ PORQUE ESTE ESFUERZO OBSESIVO EN ESTRECHAR MIS CADENAS”




Hay ciertas situaciones que nos plantea la vida en las cuales es necesario poner todo el empeño, e incluso desafiar las leyes de la lógica, insistiendo en el reto de  conseguir un objetivo más allá de lo que la razón nos plantea como probable, e incluso como posible. Hay que llegar hasta el final. Igual que hay situaciones que requieren una ejecución y terminación difícil de superar, casi rozando la perfección. Pero sólo nos referimos a ciertos momentos en que la vida nos sitúa ante esta tesitura en la que es necesario dar lo mejor de uno mismo y buscar una y otra vez, incluso de forma obsesiva, si es necesario,  la mejor solución y la forma más correcta posible. 
Pero la cosa se complica cuando, por exceso, queremos hacer de toda ejecución por pequeña  y cotidiana que sea una obra de arte.

Pues bien, esta es la realidad, tremenda y frustrante realidad de los perfeccionistas. Situación que les aboca a un continuo temor a equivocarse, a un desengaño tras otro y a vivir en una continua sensación de inseguridad o un interminable examen  en el que siempre nos lo jugamos todo, el respeto de padres, maestros, jefes, etc. y sobre todo nuestro propio respeto.

La persona perfeccionista necesita la aprobación de los demás, sin ella se siente pequeño y para conseguirla se exige al máximo en cada ejecución.

Es una persona auto-exigente y auto-crítica, pero también, en su obsesión, suele ser muy exigente para todos los que están a su alrededor, hijos, compañeros de trabajo, compañeros sentimentales. Quizá la situación más sofocantes se de en el hogar, con la propia familia, donde todos de forma impotente sufren y aguantan como pueden las manías perfeccionistas de estas personas. Y no sólo eso, sino que la continua frustración, inseguridad, temor a fallar y la incapacidad de sentirse completamente complacido con sus ejecuciones le tienen continuamente irritado, molesto y en tensión. Lo cual pagan los que están a su alrededor.

He conocido a personas perfeccionistas tan bloqueados, que nunca terminaban nada de lo que empezaban por el miedo a no hacerlo perfecto y aunque no eran conscientes de su conducta de evitación, esta, si les producía, la mayor parte de las veces, el sentirse mal por su dejadez, su vagancia e incompetencia, sintiéndose muy mal por ello y pudiéndose complicar con síntomas depresivos producto del impacto que esa visión que tienen de ellos mismos les produce, de sus pensamientos negativos de incompetencia y desvalorización y de sus creencias magnificadas y distorsionadas de lo que los demás pensarán de él. Su mundo se le viene abajo.

Normalmente el perfeccionista no suele reconocer que tiene un problema, sino que se suele defender diciendo que no hay nada malo en querer hacer las cosas bien. Hacen ver a todo el mundo que eso que le reprochamos no es un defecto, sino una virtud y los demás deberían aprender de él. Es incapaz de darse cuenta que una virtud si se lleva al extremo se convierte en un defecto. Todos los extremos, tanto por defecto como por exceso son inadaptativos y ello es lo que hace que el perfeccionista choque y tenga problemas en prácticamente todos los ámbitos de su vida, pero él sigue ciego en su obsesión.

 No se le debe dar  la razón, sino hacerle ver su error, demostrarle que se puede hacer más rápido y hacerlo bien, que se puede ser más eficaz y aumentar su rendimiento y que no hace falta ser perfecto para que te admiren o te quieran. Al igual que hay que abrirle los ojos para que sea conciente del malestar  que causa a familiares y amigos con sus exigencias y mal humor y que compruebe que en realidad no se relaja ni deja a nadie relajarse ni siquiera en vacaciones o momentos de ocio.

Debemos, a pesar de que le moleste y se irrite, hacerle consciente todo aquello que  omite sobre su comportamiento, hacerle ver su rigidez y extremismo y el sufrimiento y tensión que ello le causa. En definitiva hacerle consciente del problema. No es fácil porque puede que forme parte de su personalidad desde hace ya tiempo, pero se puede cambiar. Eso si, es necesario que sea consciente de ello, que lo acepte y vea la necesidad de un cambio para después poco a poco y gradualmente ir cambiando esa pauta de comportamiento perfeccionista por otras más adecuadas, aguantando la ansiedad, inseguridad y dudas que ello le acarree,  aprendiendo a utilizar técnicas de control de la ansiedad que le ayuden y con el apoyo de la familia si la hay. Todos se lo agradecerán y no olvidemos que estos comportamientos son aprendidos y adoptados por los hijos que en un futuro pueden llegar a ser insoportables perfeccionistas.


miércoles, 18 de julio de 2012

RECORTES


UN RECORTE INDIGNO Y COBARDE SOBRE LOS MÁS DÉBILES Y POCA REPERCUSIÓN EN LAS URNAS.


La actual situación de crisis económica se está convirtiendo también en una crisis social. Sobre todo en el sector de la discapacidad Intelectual. Se están vulnerando claramente los derechos de más de 100.000 personas  con discapacidad intelectual o del desarrollo y de sus familias.

Son derechos que al movimiento asociativo representado por FEAPS le ha costado generaciones levantar, vidas enteras de esfuerzo no pueden ser desperdiciadas, y no estamos dispuestos a claudicar.

Todas estas medidas tomadas contra la discapacidad intelectual, se suman a aquellas que ya se están tomando con carácter general y que, como ciudadanos y ciudadanas, también están afectando a nuestro colectivo:
Nuestras familias y personas con discapacidad intelectual o del desarrollo también sufren el paro y se les van a recortar las prestaciones por desempleo; también son funcionarias y se les va a recortar el sueldo, también tendrán que soportar una nueva subida del IVA, un mayor gasto sanitario y farmacéutico...

Lo que reclamamos, no es sólo dinero: es una cuestión de derechos, de inclusión
social, de igualdad de oportunidades… En definitiva, de ciudadanía para nosotros y para el resto de colectivos en riesgo de exclusión con los que nos solidarizamos.                                                                  

lunes, 9 de julio de 2012

¡ FELIZ DÍA !




“LA FELICIDAD ES UN ESTADO EMOCIONAL QUE TENEMOS QUE CONQUISTAR DÍA A DÍA”


¿Qué necesito para ser feliz?
Acaso tengo una imagen de lo que es ser feliz, y me refiero a una imagen o concepto verdadero, cierto. Y como sé que si esa imagen o ese concepto que tengo de felicidad se cumpliera   en la realidad, ello conllevaría ciertamente el ser feliz, como podría estar seguro de que si ese estatus que consideramos que nos haría ser feliz se convirtiera en realidad, yo disfrutaría automáticamente de esos sentimientos de felicidad. Y cuanto tiempo durarían esos sentimientos de felicidad, por cuanto tiempo se extenderían, y otra cosa, una vez realizada y materializada esa imagen que tengo de felicidad, eso haría felices a mis seres queridos. Y si ellos no son felices, lo sería yo, a pesar de haber conseguido mi sueño de felicidad.
Parece que esto es muy complicado, la felicidad no es una imagen que tenemos en la mente, ni un deseo, ni un concepto,  nada material, la felicidad es un sentimiento, un estado emocional que tenemos que conquistar día a día disfrutando y siendo felices con lo que tenemos.

miércoles, 27 de junio de 2012

PRIVILEGIOS




                                    

“Hay personas que se preocupan en exceso con el fin de prever desgracias futuras y esa preocupación las hace desgraciadas en el presente”




Me intrigan los insectos, Es de esos seres vivos que no tenemos muy en cuenta, a no ser para decir lo molestos que son algunos de ellos, estoy seguro que como en todo habrá especialistas en insectos que no opinarán lo mismo. Yo me refiero a las personas en general, no entendidas del tema, y a los insectos como la mosca, el mosquito, las cucarachas, la mariquita, la avispa, etc. que son los más representativos en nuestra vida cotidiana. Y diferencio de las abejas y las hormigas, que son insectos que parecen ó dan la impresión de estar más evolucionados y que viven en sociedad, más o menos estructurada.
¿Que vida llevará un insecto? No se si será consciente o no de su propia existencia y no se si merece la pena vivir sin ser consciente de ello. Dirigidos únicamente por su instinto, pero un instinto que se me antoja de segunda fila, comparado con el de otros animales, un instinto que  posiblemente lo incite y espolee a buscar comida y meramente y escuetamente a medio supervivir, porque sinceramente es un instinto que no me parece muy desarrollado. Y por supuesto, un instinto de procreación y reproducción muy extendido y desarrollado en todos los seres vivos.
No parece que les preocupe mucho la posibilidad de morir, más bien es como si vivieran ajenos a esta posibilidad, no deben valorar mucho su vida, asumiendo riesgos que otras especies con un instinto de supervivencia más desarrollado nunca asumirían. Subsisten a lo largo de la historia de nuestro planeta, por supuesto a base de adaptación, pero sobre todo por masificación, son miles y miles de especies y millones de insectos en cada especie. No paramos de tropezarnos con ellos y sin embargo normalmente pasan inadvertidos, excepto algunos caracterizados por su necedad.
Sin embargo son muy utilizados  para hacer ciertas descripciones como: tienes cintura de avispa, eres más pesado que una mosca cojonera, tienes la cabeza llena de grillos, es ahorrador como una hormiga, tienes menos cerebro que un mosquito. Esto, claro, haciendo referencia a los pocos recursos que tienen como antes he comentado, que incluye un cerebro de andar por casa y poco más.
No tienen conciencia de su vivir, de su existencia, de su futuro, no conocen que es la preocupación por sus congéneres, ni por su familia, padres, hijos, etc. Esto es cosa de los seres humanos, es un privilegio que los humanos tenemos gracias a tener más cerebro que un mosquito.
Si, tenemos un cerebro muy avanzado, que es el neocortex  y otro cerebro emocional, que es el sistema limbico y entre los dos hacen que nuestros pensamientos a veces se encasquillen y no paremos de darle vueltas a algo que nos preocupa. Este algo puede ser realista o puede ser que lo estemos magnificando, pero por el mero hecho de producirnos una alarma, provoca que la atención se focalice sobre ello con el fin de solucionarlo cuanto antes (instinto de supervivencia) y a la vez el otro cerebro emocional, el sistema limbito, hace que esa preocupación nos afecte, produciéndonos emociones negativas que nos hacen sentirnos mal y sufrir emocionalmente.
Hay personas que se preocupan en exceso con el fin de prever desgracias futuras y esa preocupación las hace desgraciadas en el presente.
Privilegios del ser humano, de poseer una mente sofisticada.
¿Qué prefieres ser mosquito o persona?

viernes, 1 de junio de 2012

POLI BUENO/POLI MALO


                                               

"La Asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás".



Suele ser muy común y estar tremendamente extendida la creencia de que ser una persona buena, empática (que tiene muy en cuenta los sentimientos de los otros) y quizás también un poco tímida, es sinónimo de ser tonto, y muy al contrario, que la persona agresiva, dura, que pasa por encima de los demás sin importarle herir sus sentimientos y que dice lo que piensa sin respeto, ni freno alguno, por el contrario, son los listos, los triunfadores.
Pues nada más lejos de la realidad. En verdad tanto el uno como el otro pueden ser personas con grandes dificultades en sus relaciones sociales, las cuales, se pueden agravar con el paso del tiempo. A ambos les haría falta cuanto antes un cambio profundo en su manera de enfrentar sus interacciones sociales.
¿Y de qué estamos hablando? Pues hablamos de Asertividad, de Conducta Asertiva, algo que desde hace tiempo está muy de moda en cualquier entorno en el que haya que torear  continuamente con nuestros semejantes, como es la propia vida, y que por supuesto, que se puede aprender.
Normalmente padres que no son asertivos, sin querer, educan hijos poco asertivos, coartando y castigando las conductas asertivas de sus hijos por "vergüenza ajena". Por ejemplo, le suena familiar frases como:  -"No le grites a tu amigo que no querrá jugar contigo"-.  -"Cuidado no le hagas daño"-  -"Anda déjale el juguete que el es más pequeño" ó "Que tu eres mas bueno"  etc.

No quiero decir que no se deba de educar en sociabilidad, educar en compartir y en respetar, pero cuidado, no en exceso. Debemos evitar lanzar sistemáticamente a nuestros hijos el mensaje de que solo es cosa suya el respetar, ser condescendiente y no herir a los demás, sino que es algo reciproco. Debe respetar, pero también saber hacerse respetar. Precisamente en el equilibrio está la verdadera conducta asertiva.
La persona que no es asertiva no sabe defender sus derechos. Él respeta en exceso a los demás pero no se respeta a sí mismo. Pero tampoco es asertivo el agresivo, el manipulador y el que va de duro y de listo a costa de cualquier cosa. Este suele estar muy equivocado creyéndose un triunfador, y es posible que esta pauta de comportamiento le sea, o le parezca aceptable y positiva a corto plazo, pero le aseguro que a largo plazo le arrastrará el fracaso,  la continua  polémica, el rechazo de los demás y a la soledad. Y también es cierto que si la persona poco asertiva,- que respeta a su prójimo, que tiene muy en cuenta la repercusión de sus palabras y acciones en los demás, que no sabe decir que no a nada, o que no se atreve a discrepar,- aprende también a respetarse a si mismo y a defender sus derechos y además deja de lado los complejos que esta actitud le haya podido causar y tiene paciencia, el  tiempo  pondrá a cada uno en su lugar y el que se creía ser un fracasado para la vida y un inútil, por muy fuertes que  sean esas palabras; terminará siendo el triunfador de su propia vida.

viernes, 18 de mayo de 2012

LA SUERTE






"ESPERO TENER SUERTE EN LA VIDA, PERO MI VIDA NO ESPERA A QUE ESTA APAREZCA"


Hablar de la suerte, depende de lo que entendamos por suerte. En mi caso, no me ha gustado nunca encomendarme a la suerte, pues es una palabra que creo induce al inmovilismo, al conformismo y que además se suele utilizar en muchas ocasiones como excusa.
Y lo gracioso es que a pesar de la poca consistencia que esta tiene como argumento y a pesar también de la falta de evidencias que en la mayor parte de las ocasiones la avalan, se le tiene una fe enorme. Incluso cuando peor está la cosa, más apostamos por la suerte.
Hay pobres vidas ó vidas pobres que han sido constantemente excusadas por una cuestión de suerte y ese argumento fue suficiente para dejar un proyecto sin terminar, no emprender otros o no entrar a fondo y de forma realista en las razones que motivaron el fracaso de otros proyectos. Así como también es cierto que hay otras vidas, aunque no son tantas como se cree, que han sido protegidas, mimadas y agraciadas por la suerte en diferentes y reiteradas ocasiones haciéndoles la vida más fácil, si, pero sin aportar ningún tipo de aprendizaje o enriquecimiento personal.
Rendirnos a la suerte es no enfrentarnos a la realidad, es vivir de una fantasía, es no concedernos la oportunidad de aprender de los errores, porque de esa manera es como si no dependieran de nosotros, como si nada pudiéramos hacer. De que nos sirve aprender de las consecuencias si todo depende de los vaivenes de la suerte.
Sin embargo, el poder aprender de los errores, es para mi  la mayor enciclopedia y fuente del saber que siempre ha existido. Concederse la oportunidad, una y otra vez, en la vida de disfrutar de la natural, eficaz y a la vez formadora y pedagógica técnica del ensayo y error sin ningún tipo de reticencia o miedo a equivocarse.
 Ensayo y error, que se podría decir que es una respuesta de aprendizaje automática del organismo, un mecanismo de defensa que va enriqueciendo nuestra vida y formando lo que llamamos la experiencia. Es más sabio el anciano por anciano, que por sabio.
Eso si, es un mecanismo lento que puede durar toda una vida, pero es seguro y eficaz, a no ser que sea bloqueado y/o frenado por una creencia, una fuerte creencia desadaptativa y paralizante para el desarrollo personal, como es la actitud de vida que todo lo deja en manos de la suerte.  

viernes, 11 de mayo de 2012

LA ESENCIA DEL SER


“CUANDO ALGO GRANDE DESAPARECE DEJA EN SU LUGAR UN GRAN VACIO DIFICIL DE LLENAR. ACASO CON EL TIEMPO…..”




Cuando miro, da igual lo que mire, todo parece cambiado, esencialmente distinto. Sin saber ciertamente que es lo que cambia, sin poder identificar claramente esto o aquello, pero sintiendo que ya no es lo mismo. O mi forma de percibir, o la misma esencia de las cosas en general, ya no son lo mismo. Seguramente con el tiempo, todo volverá a tener su aspecto normal, el de siempre, eso espero.
Y esa transformación se hace cada vez más evidente conforme me acerco a aquellos lugares por donde viviste tus últimos días, la casa, la calle, la cafetería donde tomabas café, el jardín donde tomabas el sol. Todo ello, ahora se me antoja diferente, distinto, sin identidad. Miro las calles, el jardín, la cafetería, y mi mirada no descansa en esa imagen, si no que profundiza inquieta en ella, va más allá, como buscando algo más, algo que complemente la imagen que yo tengo grabada en mi retina, en mi memoria emocional, en mi alma.
Es curioso, como las imágenes del recuerdo sabotean la realidad sin pudor alguno, se cuelan en nuestro día a día y disputan su lugar a una realidad insegura y necesitada del cariño y afecto de  aquellas otras imágenes que ahora yacen en el recuerdo, pero de esos recuerdos que todavía siguen en tierra de nadie como no queriendo aceptar del todo la dura realidad.

lunes, 16 de abril de 2012

MIRADA CAUTIVA



A veces cuando pienso, me quedo mirando por la ventana, es una mirada cautiva del pensamiento pues no miro nada y lo veo todo, veo en profundidad y veo en la distancia corta, veo a lo ancho y veo a lo largo. Y es una mirada que me ayuda a pensar, aunque en realidad no esté pensando en aquello que estoy viendo, ni viendo o imaginando aquello en que estoy pensando.
Es como si pensamiento y paisaje, cielo, nubes, árboles, pájaros, edificios, estuviesen conectados pero actuando cada cual por su parte, necesitando el uno del otro pero no siendo imprescindible la concordancia de sus contenidos.
Y si hay algo que me sorprende enormemente, algo, de lo que me he dado cuenta que echo de menos, incluso que me acongoja y me estremece el alma, algo que rápidamente echo de menos cuando pienso en una cosa y miro otra, es la falta de movimiento, como esa especie de parálisis facial del paisaje, que le afecta cuando el viento se para y las ramas de los árboles dejan de moverse y los pájaros se acomodan y adormecen en su rama y las nubes se quedan quietas y todo se para. En ese preciso instante mi pensamiento, como de forma automática, también se detiene, se ha cortado la conexión, algún cable parece haberse soltado.
Y me pregunto, tan importante es un golpe de aire en la dinámica de esa conexión pensamiento – mirada.
Ese viento que siempre había catalogado como molesto, incómodo, fastidioso e inoportuno, ese viento que me despeina y deja a la vista mis entradas, o ese viento que me lanzaba como balines la arena de playa a los ojos, ese mismo que nos impide encender el cigarrillo justo cuando más lo necesitamos y ese mismo viento que nos hace correr de forma ridícula e ir agachándonos intentando coger el billete de 20€ que siempre se nos escapa en el último momento.
Ese viento de vida, que ahora cuando se detiene, cortocircuita mi mente y me hace salir de ese estado de consciencia inconsciente, de ese estado de meditación o de inspiración que me encantaría que quedase plasmado en imágenes y sonido en cualquier tipo de formato que demostrase que de alguna forma mi pensamiento y mi mirada, en ese momento, aunque parezca a primera vista improbable e inverosímil, están conectados aunque sus contenidos no
concuerden.

miércoles, 28 de marzo de 2012

ADOLESCENCIA






" NO SE PUEDE VIVIR LA ADOLESCENCIA DE OTRA FORMA QUE NO SEA COMO UN ADOLESCENTE"









Nunca se debería frivolizar la Adolescencia. Es una etapa tan peculiar, tan personal y personalizada, máximo exponente del cambio y testigo de infinidad de descubrimientos sobre nuestra personalidad, nuestro propio físico, el físico del sexo contrario y las relaciones con los demás, hasta el punto de que si hay una etapa de la vida que necesita de la máxima intimidad, esta es la adolescencia.
Y hablo de los 15, 16, 17, 18, 19, 20… años, porque la franja de edad en que se considera la adolescencia ha subido como resultado de las dificultades y tardanza en independizarse o emanciparse de los jóvenes de hoy en día.
Y esta no se debería profanar irrumpiendo a hurtadillas en sus ritos, ceremonias, cortejos y demás actos típicos y comunes de esa edad. Tampoco se debería de frivolizar ninguna otra etapa de nuestro desarrollo, porque cada una de ellas es diferente, peculiar, única e irrepetible y supone la puesta en escena de un rol diferente y unas conductas en consonancia con las responsabilidades que cada etapa nos exige, de ahí la importancia de una adecuada adaptación o no entre el rol que nos toca escenificar y las exigencias y responsabilidades que en ese momento tengamos. Un chico de 17 años que tenga pareja e hijo a esa edad y que sepa adaptarse a las exigencias de esas responsabilidades, sería un adulto sin lugar a dudas y no un adolescente, debido al rol que le ha tocado vivir.
La adolescencia tiene unas formas y maneras de relacionarse, de divertirse, de vestirse, de hablarse unos a otros, o sea un vocabulario propio, y son formas y maneras que a los padres se aparecen tamizadas y descafeinadas, dado el control que los hijos ejercen sobre estas formas cuando están en nuestra presencia, y aún así nos asombramos en ocasiones: “que manera de hablarse sin ningún respeto” “que vergüenza, no saben vestir y como tiene su habitación” “como pueden decirse esas marranadas” esto es lógico y siempre a sucedido así, es un choque generacional, un salto en el tiempo.
Pero lo que no es de recibo es que un padre pueda ver por un agujero como se comporta su hijo en un botellón, por ejemplo, o sea en la intimidad de una noche de juerga en su ambiente, con sus colegas. Que hace, que dice, como se comporta en situaciones en las que por naturaleza deben ser tabú para los padres.
Que padre no se sentiría avergonzado de su hijo en un momento dado, incluso en generaciones anteriores, si pudiera ver sin ser visto esas situaciones en que habla, se relaciona, bromea, bebe, se cabrea, se pelea, o intenta intimar con una chica.
Y que hijo no se sentiría, a su vez, avergonzado del padre, si de la misma manera pudiera verle en esas mismas situaciones íntimas, si pudieran observarle por ese agujero.
Esta práctica, además de ser contranatural, conllevaría represiones y actitudes de desconfianza por parte de los padres y malos rollos propiciados al sacar conclusiones sin la más mínima escrupulosidad científica. No se puede juzgar a una persona por un momento y menos por un momento intimo.
El acercamiento a los hijos debe ser físico y comunicativo y siempre dentro del respeto, no se debe de leer el diario de los hijos, no se le ponen investigadores privados, no se revuelven sus cajones, no se le administra la droga de la verdad para sonsacarle. El acercamiento se hace desde la confianza y el dialogo, y esto, por supuesto, tiene sus riesgos, se nos puede ir de las manos, pero de la otra forma ya se nos ha ido de las manos desde el primer momento, es para pensárselo.
Hoy en día se quiere suplir la dejadez educativa manifestada en etapas anteriores con la práctica peligrosa de un control más allá del respeto que toda persona merece, pero la desesperación y la inhabilidad de algunos padres para comunicarse de forma adecuada con sus hijos, les lleva a echar mano de ciertas prácticas que hoy en día se están poniendo de moda de forma cada vez más asidua, como son, detectives, cámaras ocultas, y otro tipo de intromisiones como registros, inspecciones del móvil, etc.

lunes, 12 de marzo de 2012

ENTRENAMIENTO SOCIAL



"SI EXISTE UN TESORO QUE JAMÁS SE DEVALUA, ESTE ES EL DE MIS RELACIONES SOCIALES"









Es tremendamente importante un entrenamiento constante y continuado a lo largo de la vida en relaciones interpersonales. Entrenamiento y aprendizaje en el cual no hay tregua, pues esa tregua puede llevar a un retroceso en esta habilidad.

Ya no se niega ni se extraña nadie de las voces a favor de la importancia e incidencia de unas plenas Relaciones Sociales en la salud física, psíquica o emocional. Pero también es cierto que esas relaciones sociales necesitan de unas buenas Habilidades Sociales. Y a su vez, estas habilidades sociales se adquieren por medio de entrenamiento y aprendizaje y necesitan de su práctica continuada para su mantenimiento, si no se iría perdiendo habilidad.

De hecho en determinadas circunstancias de la vida en las cuales esta práctica se retrae o inhibe, como pueden ser los casos de una enfermedad prolongada, unos estudios que requieren muchas horas de dedicación o el hecho de contraer matrimonio y formar una familia, es una circunstancia que por lo general exige un cambio en nuestros hábitos de vida, de ocio y suele disminuir el número de interacciones sociales. Todas estas circunstancias y otras que no nombro suelen disminuir la cantidad de exposiciones a situaciones sociales, lo que provoca y esto podemos comprobarlo en las esporádicas ocasiones en que si salimos y nos relacionamos, es una pérdida de habilidad, de confianza, cierta ansiedad con sensación de inadecuación y extrañeza. Claro está, siempre teniendo en cuenta las diferencias individuales en cuanto a personalidad, tipo de profesión, ambiente familiar, etc.

Sin embargo, hay una época en que esta situación es mucho más preocupante y me atrevería a proponer a quien corresponda el estudio y puesta en marcha de planes de actuación y programas terapéuticos específicos de Entrenamiento en Habilidades Sociales que intenten paliar las naturales perdidas de habilidad en este aspecto, ya que lo que ahora se está haciendo cubre, y muy bien por cierto, la parcela de actividades de ocio. Pero la persona con dificultades a la hora de relacionarse normalmente no acude a este tipo de actividades por vergüenza o miedo a entablar nuevas relaciones. Y me estoy refiriendo en concreto a la tercera edad, época en que son muchos los factores que inciden en el retraimiento social:
· Problemas de salud.
· Compromisos familiares.
· Requerimientos y atención de la pareja.
· Quizás, cambios muy rápidos en costumbres a nivel social.
· Pérdida de amigos por enfermedad o muerte.
· Perdida de familiares.

Y precisamente en este momento en que van faltando las fuerzas, las ganas, y la motivación, a la vez que nuestras habilidades sociales están ya un tanto oxidadas, es justo el momento en el que más falta nos hacen, pues poco a poco aquellas personas con las que a lo largo de la vida nos hemos relacionado, aunque fuese de tarde en tarde, de forma satisfactoria y fácil, han ido muriendo, dejándonos en su lugar un tremendo vacío muy difícil de llenar del cual cada vez somos más conscientes.

Y esto hace que la cosas se compliquen mucho más, pues deberíamos entablar nuevas relaciones si no queremos quedarnos totalmente aislados y solos. Lo fácil es rendirse y abandonar. Pensar que ya no merece la pena para el tiempo que queda, siendo ese precisamente el gran error y la tremenda trampa. Ese tiempo que queda es también parte de la vida y no hay porque perderla gratuitamente, sin pelear. Ese tiempo o periodo de la vida es cierto que es distinto, pero no tiene porqué ser peor, requiere sí otras actividades, otras actitudes y un esfuerzo de adaptación, pero puede ser muy valioso, bonito e ilusionante si no tenemos miedo y relanzamos nuestras relaciones sociales de forma insistente, hasta conseguir hacer desaparecer esa ansiedad social que nos produce preocupaciones y continuamente pone pegas a nuevas aventuras causándonos malestar e impidiendo disfrutar de unas buenas relaciones sociales, las cuales reportarían felicidad, bienestar y salud, desfocalizando, a la vez, la atención de nuestro cuerpo y enfermedades y alejándonos de centros de salud, ambulatorios y preocupaciones hipocondríacas, dejando estas actividades para lo estrictamente necesarias según las circunstancias de cada uno,. y promoviendo por el contrario las actividades interpersonales las cuales nos proporcionen interacciones sociales interesantes, gratificantes y placenteras.

miércoles, 22 de febrero de 2012

AUSENCIAS



“Aunque desee acostumbrarme a mis ausencias, estas siempre vuelven a mi conciencia, pues hay infinidad de objetos, formas y situaciones que me las recuerdan”


Hay ausencias y ausencias con mayúscula.
Todos somos conscientes de personas que se ausentan de una reunión ó de una celebración ó de un rincón de nuestra vida y nos puede inquietar más o menos dependiendo de la cercanía y del roce. Incluso ausencias por la muerte de personas más o menos conocidas personalmente o no, y también esto nos puede llegar a afectar, aunque parece que es algo a lo que con el tiempo nos adaptamos aceptándolo como algo intrínseco a la naturaleza humana, olvidándolo y pasando página al cabo de no mucho tiempo.
Pero hay ausencias con mayúsculas, ausencias de verdad, ausencias que se huelen, se paladean pero no se terminan de tragar y mucho menos de digerir, ausencias que se lloran hacía adentro y te ahogan en tus propias lágrimas, en tu propia desesperación.
Son las ausencias verdaderas, aquellas que se forjan a lo largo del tiempo, aquellas que se funden en tu vida acoplándose a ella y cuando se ausentan arrancan llevándose pegada parte de tu vida que ya no volverá.
Y hay una parte del camino, de ese largo camino que todos debemos hacer, que a cada paso que damos se va tornando más oscuro, más doloroso y más frío. Y es esa parte del camino donde las ausencias, las verdaderas ausencias se vuelven más perseverantes, son como una epidemia maligna que envenena lentamente el corazón, como un viento persistente que seca de forma insidiosa el alma, como una fragmentación de la vida que ya no tiene fin. Ausencias de padres o familiares allegados, ausencias de amigos de verdad, ausencias de parejas que han compartido con nosotros toda una vida. Estas son las ausencias con mayúsculas. Estas son las ausencias que duelen, que dejan hueco, un hueco que ya no se podrá llenar jamás.
Una etapa de la vida en la que las ausencias se suceden unas a otras dejando atrás un terreno yermo de sentimientos y creando un desarraigo de todos aquellos lugares o sitios, en definitiva de aquellos escenarios donde normalmente se ha desenvuelto nuestra vida y que poco a poco van quedando más lejanos.
La vida no se acaba, la vida sigue adelante y hay que vivirla con ilusión, pero ese escenario cambia e incluso los actores también y ya nos cuesta recordar cual es nuestro verdadero papel.

miércoles, 8 de febrero de 2012

POR MI SEGURIDAD



“EL AVE CANTA, AUNQUE LA RAMA CRUJA, PORQUE CONOCE LO QUE SON SUS ALAS”
José Santos Chocano







Cuando la seguridad se quiebra, primero cruje, que es como un aviso, un aviso que sobreviene como un escalofrío que inunda todo el cuerpo. Luego sigue crujiendo, hasta que por fin se quiebra y cae, no sabemos a donde pero sentimos el vértigo de la caída, cayendo a la vez todas nuestras defensas, dejando nuestra alma desnuda, indefensa y tiritando.
Entonces todo se torna difícil, con una dificultad profunda, más propia de nuestra sin razón que de la realidad, pues esa realidad pierde toda su objetividad para convertirse en una realidad paranoica, ingrata y saboteadora de nuestra propia personalidad.

Cuando la seguridad se quiebra, nos invade la duda, la duda nos corroe. Nuestra capacidad de juicio se encasquilla dejando nuestra vida huérfana de decisiones, a merced de la incertidumbre, cualquier decisión nos supera, por exigua e insignificante que sea, todo se torna inseguro, la palabra, el paso y hasta la mirada y por supuesto, la vida se va endenteciendo poco a poco hasta pararse, trabada e inmovilizada por las cadenas de la indecisión y la falta de iniciativa.

Cuando la seguridad se quiebra, no hay otro camino que confiar en nosotros mismos y en los que nos rodea, los que nos quieren, coger las riendas de nuestra mente y someterla al más estricto realismo basado en experiencias pasadas que reflejan una personalidad e imagen más acorde con la realidad, romper con la subjetividad negativa y cruel que nos invade y enfrentar el futuro con decisión, si no, con seguridad, que esta ya volverá poco a poco si no la retroalimentamos con nuestra indefensión.

martes, 24 de enero de 2012

LOS FANTASMAS DEL PASADO






"SON COMO CADENAS QUE ME INMOVILIZAN Y ME IMPIDEN DESARROLLARME, SON LOS FANTASMAS DEL PASADO"





Normalmente la experiencia es algo que enriquece a la persona, que nos suele dar seguridad y aplomo, y que nos hace crecer personalmente.
Sin embargo, existen algunas experiencias que por el contrario nos impiden desarrollarnos, nos hacen sentirnos inseguros y apocados, vulnerables y nos aferran al pasado reviviéndolo una y otra vez haciéndonos chocar contra él como una mosca con el cristal de la ventana.
Como autómatas cometemos los mismos errores una y otra vez cayendo en la trampa que continuamente nos pone nuestra propia historia. Experiencias traumáticas del pasado nos hipotecan el futuro, tan sólo porque de ese pasado se derivan ciertas etiquetas, impuestas o auto impuestas, que asumimos como propias y con las cuales llegamos a identificarnos de tal manera que condicionan nuestro presente y nuestro futuro : “ Yo sé que no le suelo caer bien a la gente” ó “ no se me dan bien las matemáticas “ ó “ soy feo y físicamente desfavorecido “ ó “ jamás podré superar una entrevista de trabajo, me moriría de vergüenza y haría el ridículo “ ó “ Se que soy débil psicológicamente y todo me afecta”. Y muchas etiquetas más que proceden del pasado, de la infancia o adolescencia y que asumimos, no nos engañemos, porque aunque nos quejemos, en el fondo nos ayudan a evadir enfrentarnos a ciertos problemas del presente, acomodándonos ciegamente en el engaño y tropezando una y otra vez en la misma piedra.
Ejemplo de ello es la persona que una vez tras otra fracasa en su empeño de mantener por tiempo un trabajo, o aquella persona que igualmente a lo largo de su vida ha ido fracasando en todas las relaciones de pareja en que se ha involucrado, sin intentar cambiar su comportamiento.
La persona que como antes comentaba, tropieza una y otra vez en la misma piedra, debe preguntarse por fin:
¿Que estoy haciendo mal? ¿Que pautas de comportamiento estoy repitiendo una y otra vez que puedan ser inadecuadas? ¿Que debo hacer para cambiar esta inercia de comportamientos inadaptativos?
Es obvio que algo no estamos haciendo bien, en algo fallamos, y algo debemos de cambiar para conseguir superarnos y no fracasar de nuevo.
Y el primer paso después de reconocer esto, supone no culpar sistemáticamente a los demás por nuestros errores y no refugiarse en sus etiquetas del pasado: Como “yo soy así “, “esta es mi forma de ser y no puedo cambiar “.
Porque de esta manera, lo que está diciendo y asumiendo es que está condenado a fracasar en esta u otras empresas o proyectos de vida, que no quiere cambiar o no sabe que tiene que cambiar y cómo hacerlo. Y que es mucho más sencillo negar la realidad y refugiarse en esa incapacidad para no enfrentarse a la vida, para no seguir desarrollándose como persona y continuar negándose con falsos motivos a enfrentarse a sus problemas del presente. Todo ello, culpando como lo ha hecho siempre a sus padres por como le educaron, profesores o amigos por como le trataron, achacando su vulnerabilidad presente a los fantasmas del pasado.
Hay quien se cree tan débil y vulnerable, por esas etiquetas, repito, impuestas o auto impuestas, que ante el mínimo estrés o problema se apoca y se siente tan inseguro que responde de forma exagerada con ansiedad, huyendo de la situación o cometiendo los mismos errores de siempre, pero sin conciencia de ello.
La única salida posible es dejar esos fantasmas en donde le corresponde, en el pasado, y enfrentar la vida conforme nos viene, poniendo en marcha nuestros recurso ya oxidados, pero al fin y al cabo nuestros recursos, que en poco tiempo estarán perfectamente engrasados y listos para servirnos, así como a la vez ir poniendo al día nuestras etiquetas, de forma más realista y de acuerdo a los resultados del presente. Con ello, veremos como esos fantasmas del pasado cada vez van quedando más lejanos y obsoletos.

martes, 10 de enero de 2012

AUTODIALOGOS. TU MEJOR AMIGO



"A VECES NO SOPORTO EL RUIDO QUE PRODUCE MI MENTE, LE MANDO CALLAR Y AUMENTA, LO ACEPTO Y DESAPARECE"



Vamos a hablar de un amigo. De ese amigo que siempre te acompaña y nunca te abandona, al que puedes engañar, pero no siempre convencer, a ese amigo que mejor te conoce y sufre contigo, que tiene muy buenos consejos para darte pero que no siempre escuchas.

Este amigo al que me refiero, eres tú mismo, somos nosotros mismos, son nuestros Autodiálogos.

Los Autodiálogos son lo que nos decimos a nosotros mismos, son diálogos internos que pueden ser positivos o negativos. Sería bueno ser consciente de ellos, saber si estos son positivos, nos dan fuerza, ánimo, nos apoyan y defienden de ciertos pensamientos negativos, o bien, son negativos, pesimistas, desalentadores y afectan a nuestro estado de ánimo.

Muchas personas, (y pueden hacer la prueba ahora) no sabrían decir, si tienen Autodiálogos o no, ni por supuesto, en caso de que los tengan, si estos son negativos o positivos, lo cual tiene su explicación. Al igual que somos capaces de venir de Murcia a Caravaca, por supuesto en coche y conduciendo y nos sobresaltamos cuando hay largos trayectos por los cuales no somos conscientes de haber pasado.


Lo mismo sucede con estos Autodiálogos, que aunque, suceden e incluso producen cierto efecto en nuestra emoción, podemos no ser conscientes de ellos.

Esto ocurre porque se han automatizado, con el paso del tiempo se han mecanizado, nos hemos habituado y se han independizado parcialmente de nuestra consciencia, en el caso del coche a nivel conductual y en el caso de estos diálogos internos a nivel cognitivo, pero el resultado es el mismo.

Y es interesante volver a enfatizar en que estos Autodiálogos pueden ser positivos o negativos, y por supuesto neutros, aunque estos no importan mucho pues no producen ningún efecto sobre nuestra emoción, que no es poco. Y partiendo de ellos, de que sean de un tipo u otro va ha depender en gran parte el que seamos más felices o menos, el que tengamos mejor o pero humor, el que nuestra emoción sea de tristeza, alegría, angustia, miedo o satisfacción.

Hay personas que manejan unos Autodiálogos siempre negativos, sobre sí mismos, sobre el futuro y ello les hace sufrir y padecer constantemente, no siendo, como ya hemos comentado antes, conscientes de ello la mayor parte del tiempo. Los tienen automatizados, posee un hábito que ha aprendido de pensar en negativo y a todo le pone pegas, nada le sale bien, en todo ve dificultad y peligro y nada es sencillo. Y si en algún momento ese peligro, dificultad o contratiempo no lo encuentra en el presente, siempre queda el futuro para sembrar ese miedo, angustia o desasosiego al que nos hemos habituado y sin el que parece que no sabemos vivir.


Los Autodiálogos existen y podemos ser conscientes de ellos, sabiendo así de que tipo son y que efecto tienen en nuestra emoción. Y si además descubrimos y aceptamos que son inadaptados, que no nos ayudan, que son negativos, exagerados y poco realistas, ya hemos logrado llevar a cabo la mitad del trabajo, ser conscientes de ellos, detectarlos y dejarlos al descubierto.

Ahora deberíamos intentar cambiarlos por otros que nos ayuden, nos den ánimo, otros que sean más adaptativos:

Utiliza Autoinstrucciones Positivas preparadas en un listado con anterioridad, autoinstrucciones más realistas y mas positivas, que aunque en principio son más artificiales, irán poco a poco automatizándose y anteponiéndose a los Autodiálogos negativos dando paso con tiempo y con constancia a otros nuevos más positivos, ese amigo que todos llevamos dentro pero que no siempre utilizamos.

¿Por qué somos capaces de consolar, dar consejo y ayudar en un mal momento de depresión a un amigo y sin embargo, somos incapaces de hacerlo con nosotros mismos? Ni siquiera lo intentamos, hay una total y absoluta inoperancia a la hora de tratar y hablar con nosotros mismos, a la hora de manejar nuestros Autodiálogos, nuestro mejor amigo.