Valentín es un hombre simple, es un hombre bueno porque su
simpleza no incluye mecanismos como la desconfianza, la malicia o segundas
vueltas. Ya sabes, eso de “ir con segundas”, tampoco la avaricia o la
competitividad. No es una bondad por empatía, o sea, porque se ponga en el
lugar del otro y eso le impida ser dañino o malo, sino todo lo contrario, lo
usual en Valentín es decir sin pensar lo primero que se le viene a la cabeza,
sin preocuparse si ello será más o menos
oportuno o te dolerá o no. Es una bondad más bien tonta, de falta de recursos
en los sesos. Porque todo eso lo hace sin darse cuenta, sin malicia, sin
planear nada, tontamente. Y digo esto, porque si él intuyera que eso que va ha
decir puede ofender o molestar y ello le pudiera traer problemas, por miedo,
aunque sólo fuera por esa razón, el miedo, ya no lo diría. Porque Valentín, a
pesar de su nombre es muy miedoso, más bien se debería llamar “Cobardín”. Es
cobarde, todo le da miedo y de todo huye. Si le levantas la voz y te encaras
con él, se mea encima, o se bloquea, y en el mejor de los casos, se pone rojo,
retira la mirada casi como si los ojos se le volvieran hacia atrás, se da la
vuelta y huye sin decir nada.
5 comentarios:
Valentín vive en un mundo distinto al "nuestro". El encuentro de estos dos mundos le va a hacer daño si nadie cuida de él.
Un abrazo, tetealca.
Pasé a saludar.
Un abrazo
Y es que hay nombres que te condicionan... Como ese Valentín. O Tristán. O Socorro. O Angustias. Por eso prefiero llamarme Diego, que me permite ir pa un lao o pal otro sin problemas :)
Me acuerdo de Valentín... y me acuerdo de ti también.
Te deseo que 2014 te sea dulce y te traiga todo lo bueno que le pidas para ti y tus seres queridos.
Un gran abrazo, tetealca.
Valentín no tiene nada de valiente, de hecho "Valentín" parace que es una sorna a la valentía.
Un saludo
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