Me gustaría escuchar y silbar por dentro mirando hacia
arriba, me gustaría ver y percibir la realidad libre de fantasmas que habitan
la mente, me gustaría pensar e interpretar el mundo y saber tomar las cosas
bellas, licuar la realidad y quedarme con el néctar de la felicidad, de mi
felicidad.
Pero todo es una interpretación, una imagen en un espejo
que deforma la realidad engañando nuestros sentidos, nuestro intelecto y
nuestras emociones.
Caminamos por la vida interpretando el mundo según un
filtro único y personal, derramando reacciones justas o injustas, acertadas o
equivocadas pero acciones que nos señalan y distinguen, que nos diferencian y
nos condicionan, pero que forman una cadena
secuencial que conforma nuestro mundo. Una autopista de infinitos
carriles hacia nuestro destino, el que paso a paso cada cual se va tejiendo
desde el mismo momento en que accede a la razón, en que su mente percibe,
compara, calcula, decide y reacciona o actúa.
Que engañoso parece todo, si lo real es interpretado y lo
interpretado se vive como real, a la vez que la reacción a lo interpretado es a
la vez percibida por otros e igualmente interpretada provocando a su vez una nueva
reacción.
Esto parecen ser
dos mundos paralelos, el de lo real y el de lo interpretado, dos mundos destinados a coexistir en millones de mentes complejas, condenadas a entenderse
en una inmensa y colosal red social.
1 comentario:
"Que engañoso parece todo, si lo real es interpretado y lo interpretado se vive como real, a la vez que la reacción a lo interpretado es a la vez percibida por otros e igualmente interpretada provocando a su vez una nueva reacción."
:) y con esto lo has dicho todo ;)
Muuuy bueno. :)
Abrazote de vuelta al mundo real-interpretado. ¿o es al revés?... lo que sea pero igualmente disfrutado.:)
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