lunes, 25 de enero de 2010

LA SOMBRA


Cuando llamo a esa puerta me abre una sombra, la sombra se inclina y yo la saludo,
Me doy media vuelta y huyo, ella me llama y siento su aliento,
Yo sigo adelante sin volver la vista atrás, ella se enfada y grita de rabia,
Yo me tapo los oídos y miro al frente, la sombra impotente suplica y llora,
En cambio yo río pero río de pena, por no poder mirarla a la cara y quedarme con ella,
Ella cierra la puerta y tras ella se queda, se queda sola y triste pero serena,
Yo sigo mi camino, la vida me llama, la vida me espera,
La sombra queda allí encerrada, pero atenta al camino,
para derramar sus penas sobre el próximo peregrino.

5 comentarios:

Belén dijo...

Tu sombra es un poco más mala que la mía...

;)

besicos

Castigadora dijo...

Lei tu post después de leer el de Belén y estoy con ella en eso.

Bromas a parte. Da mucho miedo, que la sombra permanezca al acecho del peregrino, hay que tener cuidado de no dejarse envolver ni por su llanto, ni por sus gritos...

Besos

diego dijo...

Es peligroso llamar a la puerta de la sombra para reírse de ella. Y bonito que sea la sombra la que salga de su casa para perseguirte y no conseguir cogerte. Yo sé que al final va a ganar ella, sabe esperar, pero mientras tanto me gusta ser yo el ganador.

Jordicine dijo...

Las sombras dan miedo... si les hacemos caso. Lo mejor es ignorarlas. Un abrazo.

tetealca dijo...

Belén: Si, y además muy original, me gustó mucho.

Casti:Hay que luchar contra ella con todas nuestras fuerzas.

Diego: A ese tipo de sombra lo mejor es darle esquinazo.

Jordi:Es verdad, no hay que hacerle mucho caso y seguir nuestro camino.

Gracias a todos por visitar mi castillo.