viernes, 30 de octubre de 2009

LA COMODIDAD DE LA MONOTONÍA


En general, el ser humano la mayor parte de las veces tiende a buscar, o está orientado, hacía lo seguro, lo que ya conoce o ha experimentado. Se siente más cómodo y seguro repitiendo ciertas acciones de la misma forma una y otra vez.

Esto nos conduce a la monotonía y a ciertos automatismos. Vamos todos los días al trabajo como robot, sin prácticamente habernos despertado, sin ser conscientes de por donde pasamos.
Un día tras otro las mismas casas, los mismos comercios, personas, la misma avenida, las mismas calles.

Intentamos evitar el estrés que la novedad nos produce, sentirnos más seguros y no arriesgar, optando por la continuidad. Nos dejamos llevar por lo fácil, la opción que por experiencia sabemos que no nos dará problemas. En definitiva, apostamos por la comodidad y el conformismo de lo ya conocido.

Y este continuismo se llega a apoderar de nuestra vida conforme se va generalizando y extendiéndose poco a poco a prácticamente todas las facetas de nuestra existencia.

Es fácil acomodarse a una vida monótona que no nos plantea retos ni problemas, evitando así la ansiedad y el estrés. Pero cuidado, porque al cabo de un tiempo y sin caer en la cuenta, esta práctica se habrá extendido a nuestro trabajo, ocio, familia y otros ámbitos de nuestra vida.

Esto nos conduce a relacionarnos siempre con las mismas personas en el trabajo, desayunar con los de siempre, aunque ya no nos apetezca, seguir la misma rutina un día y otro en las tareas del trabajo y tener siempre la mesa del despacho, el aula, o el puesto de trabajo, sea cual sea, ordenado de la misma forma.

De igual modo nuestro ocio se convierte en algo vacío y programado. Vamos siempre al mismo lugar a tomar café, tenemos un lugar fijo para almorzar y otro para ver el fútbol. Buscamos muy a menudo la misma compañía y elegimos siempre los mismos actos públicos, sintiendo cierto recelo o temor de ir por primera vez al teatro, concierto de rock, o a una charla- coloquio. Hay que ver lo que cuesta esa primera vez.

En cuanto al apartado familiar, tendemos también a repetirnos, nos sentamos a ver la tele en el mismo sitio y con la misma perspectiva, al igual que para comer y cenar solemos sentarnos en el mismo lugar. Incluso el papá y la mamá en la cama también tienen su sitio fijo, uno a la derecha y el otro a la izquierda. La distribución de la casa y de los muebles tampoco suele variar, y así podría continuar enumerando otras situaciones o acciones durante páginas y páginas, pero prefiero invitaros a que continuéis vosotros mismos.

Y sin embargo esa no es que sea la mejor gimnasia para nuestro cerebro, sino todo lo contrario, más bien sería la antiestimulación de éste.

En la actualidad se sabe con certeza que una de las maneras de mantener nuestro cerebro en forma es precisamente haciendo lo contrario, ósea, evitando la monotonía o conductas repetitivas.

El cerebro humano tiene una plasticidad enorme y una capacidad de conexiones neuronales o posibilidades de acción casi infinitas. Cada nueva experiencia, cada nueva situación, acción o emoción, aunque no sea totalmente novedosa, sino que varié en algo, posibilita nuevas conexiones neuronales, nuevos caminos abiertos, nuevas posibilidades u opciones de respuesta para el futuro, nuevos recursos.

Claro está, son conexiones que si no se repiten se perderán de nuevo. Al igual que se han ido perdiendo a lo largo de la vida aquellas que hemos ido dejando de lado y no utilizando a causa de la monotonía. Monotonía al usar siempre el mismo camino o lo que es lo mismo hacer siempre las mismas cosas. Es esa tendencia que hace que andemos más cómodos por la senda más usada o pisada ( conexiones neuronales más utilizadas ), pero al mismo tiempo hace que nuestro cerebro se acomode y no rinda como debiera al no poner en práctica los recursos que posee o de que es capaz.

No es cierto, como hasta hace poco se pensaba, el que las neuronas no se regeneren, que sí lo hacen. Pero además no es tan importante el número de neuronas, que siempre serán suficientes, sino más bien el número de conexiones que se establezcan entre ellas. Y ello depende directamente de nosotros mismos, de que seamos capaces con nuestro estilo de vida en el trabajo, en nuestro tiempo de ocio, en las vacaciones, en la intimidad familiar, en las relaciones sociales que establecemos, de romper con la monotonía y buscar situaciones diferentes, cambiar la forma de abordarlas y variar nuestro comportamiento.

Es tan sencillo como, hacer ciertas cosas, que no solemos hacer normalmente, con la mano izquierda, utilizar el olfato y el tacto más de lo que lo solemos hacer, cambiar la distribución de nuestra mesa de despacho o cambiar de calle para ir al trabajo.

A todos nos causan ansiedad e incomodidad las situaciones nuevas, pero pensemos que precisamente dejan de ser nuevas cuando las repetimos una y otra vez. La ansiedad que estas situaciones nos causan al principio es totalmente normal y con toda seguridad soportable si nos lo proponemos. Que no sea esta ansiedad el obstáculo hacía la búsqueda de situaciones y conductas nuevas con que romper con esa monotonía.

7 comentarios:

Belén dijo...

Mi vida presenta muchos momentos de indefensión y de poca rutina y créeme, me encantaría tener un poco de monotonía!

Besicos

diego dijo...

La vida es una suma de rutinas. Hasta los más aventureros o los más libres miran cincuenta veces su reloj cada día.

Castigadora dijo...

Chico esta vez me quedo con la foto, es que me atrapo, y aun no puedo explicarlo! Siempre me fascinaron las vias del tren!

BEsos

Jordicine dijo...

Estoy de acuerdo en todo. A mí la monotonía, o mejor la rutina, me tranquiliza. La novedades poquito a poco. Un abrazo, TETEACA.

la MaLquEridA dijo...

¿En serio es la segunda vez que me tienes que criticar?, deja reviso.


No te enojes, es solo un juego.

Saludos mil.

la MaLquEridA dijo...

Ya revisé y no, no me tuviste que criticar ni nada parecido, tal vez me confundas.


Saludos mil.

Luz dijo...

Y cuando no queda mas remedio?, cuando la vida comun y rutinaria te absorbe, y no hay nada que puedas hacer mas que cambiarte de lado de la cama o cambiar la ruta del trabajo.,

talvez sirve de algo.

Saludos desde mi camino.