Que indefensión más espantosa, indefensión que sólo el fondo de los ojos relata, pero para ello, hay que saber leer en el fondo de los ojos. Mirarlos profundamente con el corazón en la garganta y con los sentimientos a flor de piel. Entonces puedes detectar el miedo en sus ojos, el miedo al mañana, a no poder valerte por ti misma, a ser un objeto más en tu propia casa.
Y sientes tus músculos muertos, inertes, la mitad de tu cuerpo no responde, mientras tu mente si, y ésta se pregunta continuamente, ¿por qué?
¿Por qué las cosas suceden en un momento?
¿Por qué en un instante la vida puede convertirse en un infierno?
¿Por qué a mí?
Todas estas preguntas se pueden leer si miramos atentamente a sus ojos, porque sus ojos lo dicen todo, mientras su cuerpo calla y le traiciona.
Unos ojos incrédulos, que por momentos saborean de nuevo la burla de esa nueva realidad, para más tarde volver a sentir la terrible punzada del miedo en el corazón.
Unos ojos claros, como el agua clara, en cuyo fondo se puede ver la cruel batalla que se está librando en su interior, entre el ayer y el hoy, entre el deseo y la más oscura realidad.
Unos ojos que de vez en cuando se entornan para dejar ir una lágrima silenciosa que reprime las quejas que sabe no valen ahora para nada. ¿Lágrimas de dolor, de desesperación, de fe, de inseguridad, de impotencia? no sé, intentaré verlo en el fondo de sus ojos, para así poder consolarla.
Una mente encerrada en un cuerpo roto, averiado, que lucha por devolver el sentido a la vida, ese sentido que sólo se sustenta en su autonomía, en su intimidad, en su dignidad, cuando todo ello se ha perdido de pronto.
Ojala el sol corra de nuevo por sus venas incendiando su cuerpo de vida y pasión, donde ahora solamente hay sombras, dudas y miedo.
Y sientes tus músculos muertos, inertes, la mitad de tu cuerpo no responde, mientras tu mente si, y ésta se pregunta continuamente, ¿por qué?
¿Por qué las cosas suceden en un momento?
¿Por qué en un instante la vida puede convertirse en un infierno?
¿Por qué a mí?
Todas estas preguntas se pueden leer si miramos atentamente a sus ojos, porque sus ojos lo dicen todo, mientras su cuerpo calla y le traiciona.
Unos ojos incrédulos, que por momentos saborean de nuevo la burla de esa nueva realidad, para más tarde volver a sentir la terrible punzada del miedo en el corazón.
Unos ojos claros, como el agua clara, en cuyo fondo se puede ver la cruel batalla que se está librando en su interior, entre el ayer y el hoy, entre el deseo y la más oscura realidad.
Unos ojos que de vez en cuando se entornan para dejar ir una lágrima silenciosa que reprime las quejas que sabe no valen ahora para nada. ¿Lágrimas de dolor, de desesperación, de fe, de inseguridad, de impotencia? no sé, intentaré verlo en el fondo de sus ojos, para así poder consolarla.
Una mente encerrada en un cuerpo roto, averiado, que lucha por devolver el sentido a la vida, ese sentido que sólo se sustenta en su autonomía, en su intimidad, en su dignidad, cuando todo ello se ha perdido de pronto.
Ojala el sol corra de nuevo por sus venas incendiando su cuerpo de vida y pasión, donde ahora solamente hay sombras, dudas y miedo.
9 comentarios:
Quiero dedicar esta entrada a mi madre que hace dos semanas le dio una trombosis y lucha en estos momentos contra las cadenas que la inmovilizan y la tienen cautiva.
Dios mío...
He visto esa mirada mil veces tetealca, la he visto desde el minuto cero en la UCI.
Y han salido, te lo digo yo, ha sido duro para muchos de ellos, con horas de recuperación, pero han salido.
Solo te queda apoyarla en el camino, no tienes mas cosas que hacer.
Si necesitas algo de ayuda, hablar o preguntar algo, mi mail está en mi perfil.
Besicos
Hola Tete. Últimamente no tengo tiempo de escribir en mi blog (ya sabes, el trabajo en las cámaras me tiene esclavizado) y casi no tengo tiempo de leer los blogs que me gustan, pero al ver tu nueva entrada me has dejado K.O. y al ver tu comentario, peor todavía.
Yo no sé mucho de trombosis, pero sí que sé un poquito como eres tú, y tú eres de los que no se rinden fácilmente, de los que ven una cuesta arriba y en vez de cambiar de camino, comienza a andar con paso firme y decidido, así que, ahora que te toca pasar este momento de "cuesta arriba" que sepas que puedes contar conmigo para lo que quieras (y te lo digo totalmente en serio) si quieres te puedo empujar para seguir subiendo o dejar que te apoyes en mi hombro para descansar de vez en cuando. Ya verás como cuando estés en la cima, ves las cosas de otra manera.
Mucho ánimo y espero que tu madre se mejore lo antes posible. (Y si me necesitas... ya sabes donde estoy).
1 abrazo muy fuerte.
Tetealca, me has emocionado... Ten fe en tu madre, seguro que pronto se liberará de las cadenas que la inmovilizan, con su fuerza y con la tuya. No tengo mucho más que decirte después de lo que te han escrito Belén y Zoldar. Un abrazo muy sincero.
Tetealca
Estoy impresionada por lo que has escrito, nada mas sincero y directo del corazon.
Deseo todo lo mejor para tu madre y mucha fuerza para ti, para ayudarla a pasar este trance.
Saludos desde mi camino.
Pues muchos ánimos. A ver si tenéis suerte los dos. Un post lleno de amor y ternura. Un abrazo.
Lo primero es preguntar por tu mamá? Espero que esté mejor. De verdad que estas "cosas" llegan sin avisar y nos dejan derrotados. Pero hay que saber levantar los brazos y preparar el golpe, como en el boxeo, para pelearle a la vida.
UN saludo cariñoso y muchos besos.
Desde aquí te mando mis mejores deseos para todos.
Muchas gracias a todos por vuestro apoyo. De verdad, que me ha hecho sentirme muy arropado en estos dificiles momentos.
Os lo agradezco.
Espero que todo mejore,y que esos ojos vuelvan a iluminar tus dias..
Un besito y una estrella.
Mar
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