martes, 30 de junio de 2009

MIS RECUERDOS


Recuerdo recordado, recuerdos del pasado
no sé si es bueno o es malo, no sé si me interesa
solo sé que de vez en cuando me siento emocionado
entonces me elevo al cielo y vuelvo la vista ociosa.

A veces me pregunto sobre los recuerdos. Valiosos recuerdos que a veces no recuerdo.
¿A dónde van a parar los recuerdos una vez recordados, una vez transitados, una vez desgastados?
¿De qué sirve un recuerdo, si no para ser recordado? ¿Qué valor puede tener un recuerdo que se guarde o archive en un desván de nuestro cerebro para ya nunca más salir de allí?
¿Es posible archivar para siempre un recuerdo hasta convertirlo en material inservible, hasta relegarlo a simple casquijo, desechos de recuerdo?
¿Cuántos recuerdos habrán guardados en la memoria, recuerdos de antaño que ahora no recuerdo?
¿Cuántos recuerdos se habrán perdido en ese inmenso almacén que es la memoria y cuanto daría por hacer un largo repaso de todos esos recuerdos que una vez fueron y ya no son?
Me imagino riendo, emocionándome, sorprendiéndome, llorando, asustándome y hasta avergonzándome ante el recuerdo de esos trozos de vida que ayer fueron realidad y hoy sólo son recuerdos olvidados, recuerdos entrañables nadando sin rumbo ni objetivo en ese gigantesco mar del olvido, donde sobran las palabras, las ideas, los hechos y hasta los recuerdos. Mar de olvido, profundo y solitario olvido, que cuanto más buceas en él menos recuerdos tienes y más se oscurece tu vida.
Pienso que no podría soportar la frustración de no poder recordar un recuerdo, sentir que una parte de mi vida a muerto en el mar del olvido, que no hay forma de recuperar mi yo y que éste ha quedado incompleto como un puzzle finalizado pero al que por el camino se le han perdido piezas. Y sin embargo esa es la pura y frustrante realidad, la memoria, capacidad que tantas veces hemos sobrevalorado como poseedora y depositaria de nuestros queridos recuerdos largamente guardados, parece que se nos presenta como una pura falsa, más de la mitad de los recuerdos resulta que se han borrado y la otra mitad está falseada o reinventada con el fin de ir cubriendo lagunas que el tiempo va produciendo. Sensación de vida incompleta a la que parece nos tendremos que ir acostumbrando.
Sensación rara y extraña que a todos y cada uno de los humanos nos ha sobrecogido seguro en algún momento, al darnos cuenta de que no recordamos ni un veinticinco por ciento de nuestra vida, o lo que es lo mismo, que hay muchísimos momentos de nuestra existencia que no somos capaces de recordar ni siquiera mínimamente, y otros muchos que sólo recordamos a grandes rasgos, pero somos incapaces de retener los detalles. Y todo esto nos hace preguntarnos ¿A dónde van los recuerdos que no recordamos?
Quizás algún día sepamos donde se ubican esos recuerdos, donde duermen su sueño eterno, en el hipocampo, en la corteza prefrontal, y podamos rescatarlos, recuperar todo ese material procedente de todas las épocas de nuestra vida, rebobinar e ir pasando poco a poco para ir recordando todo aquello que un día sucedió y con lo que ya no contábamos volver a vivir: recuerdos de la niñez, nuestras primeras amistades, los primeros juegos, el primer cigarro, el primer beso, antiguas canciones, olores característicos, conversaciones trascendentales, momentos íntimos. Pequeños recortes de nuestra vida que vienen a ser tan importantes como cualquier otro u otros, aunque sabemos que la memoria tiende a recordar y fijar sobretodo aquellos hechos que por uno u otro motivo han supuesto una descarga de adrenalina que a provocado la fijación en el cerebro de ese recuerdo, que bien pueden ser por su carácter positivo o agradable para nosotros o también por su carácter negativo o desagradable.

5 comentarios:

Belén dijo...

Yo quizá por eso escribo... para no tener que olvidar pasajes de mi vida...

Besicos

Jordicine dijo...

Creo que los buenos hay que mantenerlos vivos siempre. Y de los malos dicen que se aprende, no? Un abrazo.

Luz dijo...

Los recuerdos son muy importantes para mi, se puede palpar en mi blog, son parte de mi como te contestaba en mi post, los recuerdos me hacen seguir adelante, la ilusión de que todo podría ser como antes.
Tu pensamiento me ha tocado profundamente.
Te felicito desde mi camino.

diego dijo...

Los recuerdos ahora se guardan en los blogs, en los discos duros del ordenador... pero sólo son palabras, nunca sensaciones como las que vivimos entonces. Mi primer recuerdo es de cuando tenía tres años, un vuelo en avión desde Madrid a Tánger en las rodillas de mi padre. El resto se acumulan en una caja agujereada de mi cerebro, de la que salen y entran a su voluntad, sin control. Tetealca, tus textos siempre me hacen reflexionar.

tetealca dijo...

Belén: Cualquier cosa que nos ayude a no olvidar, es buena.

Jordicine: Los buenos recuerdos son un tesoro que siempre hay que guardar celosamente. Llevas razón.

Luz: Me alegro mucho que te haya gustado, Luz. Los recuerdos son algo que siempre me ha interesado e intrigado.

Diego:Estaría bien poder tenerlos controlados y acceder a ellos cuando quisieramos.

Gracias a todos por visitar mi castillo.