miércoles, 7 de enero de 2009

UNA ANSIEDAD REPUDIADA Y OFENDIDA



Es triste y desconsolador, para quien ha sido tu compañera, tú guarda espaldas, tu salvadora en ocasiones, y a la vez en quien confiabas y te daba seguridad, verse ahora rechazada, mal interpretada, temida, despreciada, incomprendida y hasta odiada.
Y sin embargo, siempre fiel, como a quien el amor ciego no deja ver el daño que a su vez hace a su pareja.
Vendida, desplazada y relegada por la abundancia, tolerancia, bienestar y monotonía de este mundo en que vivimos. En este mundo, las fuertes y potentes descargas de ansiedad, esa sensación tan bestial de estado de alarma, de defensa, está en desuso, fuera de lugar.
Sin embargo, la ansiedad, fiel a su compromiso sigue armándonos con todo su potencial bélico de defensa a una simple orden de nuestro cerebro, solo que ahora el peligro no es un león hambriento, sino el jefe, el ascensor, las multitudes, una reunión social o el coger el avión. Ni el entorno es la sabana, sino los despachos, las discotecas, las ciudades.
Y no es algo de lo que nos podamos desprender fácilmente, pues a veces nuestro propio miedo a ella, nuestro desconocimiento sobre ella y las mal interpretaciones que hacemos de ella, nos crea esa sensación de alarma, esa anticipación de peligro, que hace que se dispare, como una alarma averiada, provocando a su vez más alarma.
Por ello, porque tenemos que convivir con ella, lo mejor, es comprenderla, aprender a controlarla y no temerle. De esta forma podremos utilizarla en momentos en que es imprescindible cierto grado de ansiedad, como en competiciones deportivas, en las entrevistas de trabajo, exámenes, ante ciertos peligros.
Cualquiera podría pensar que es una emoción nociva que no debería existir, que no es necesaria hoy en día y quizás lleve razón, pero nunca se sabe si algún día nuestro mundo cambia y se hace de nuevo imprescindible como mecanismo de defensa que es, por ello lo mejor es llevarse bien con ella, aprender a manejarla y quererla.

Nota: La ansiedad es una emoción humana que me apasiona y a la que pienso que el ser humano debe mucho, por ejemplo el estar hoy en día aún sobre la tierra y el estar situado en la cúspide de la pirámide, como ser más poderoso de la tierra.

Sin embargo podéis discrepar de esto, incluso puede que haya quien la odie porque crea que le ha destrozado la vida, cosa que admito. Porque a pesar de ser una emoción adaptativa, cuando la ansiedad se descontrola, hace que la persona lo pase muy mal: Ataques de pánico, agorafobia, fobia social o específica, trastorno obsesivo-compulsivo; son entre otras las manifestaciones de la ansiedad descontrolada.

Pero por otro lado es una emoción que es necesaria, sin la cual pareceríamos vegetales y sin la cual todo dejaría de ser emocionante. Esas mismas descargas de ansiedad que nos impelen a actuar con emoción, a esperar con emoción, son las mismas que en otras ocasiones nos molestan volviéndose contra nosotros.

8 comentarios:

ZOLDAR dijo...

Mmmmmm, pues la verdad es que no sé qué decirte... no sé si estoy de acuerdo contigo o no, porque a mi la ansiedad me ha jodido vivo durante mucho tiempo, pero también sé que sin este mecanismo "de defensa" nos perderíamos muchas cosas importantes.

Creo que la cosa está en saber controlar la ansiedad, pero es taaaaaaan difícil que a veces es casi inalcanzable.

En fin, que en ocasiones creo que necesito defenderme de este mecanismo de defensa, no sé si me explico.

Feliz Año don Tetealca.

Jordicine dijo...

A mí también me hizo mucho daño, como a Zoldar. Y no es fácil sacársela de encima... por fácil que parezca. Sólo sabe de qué se trata quien lo ha pasado en sus propias carnes. Un abrazo.

Castigadora dijo...

Mi profesor de sofrología decía que la única persona que tiene estress "cero" es el cadaver, con la ansiedad pasa lo mismo siempre tenemos que estar ansiosos por vivir. Pero no debemos dejar que nos controle

Besos y Feliz 2009!

maria varu dijo...

Todo es necesario en esta vida, todo debe tener su medida, su mesura, su tiempo, su espacio... como siempre lo malo es cuando se descontrola, ya sea por exceso o por defecto, para mí, una cierta ansiedad es motivación en muchos casos, es empuje, valentía... pero claro hablo desde la posición de no haber tenido ningún exceso, ni carencia grave con ella, así pues quizás mi comentario es relativo, aunque este mismo criterio sería válido para otros aspectos psicológicos humanos.
Como siempre y en todo, lo mejor es un cierto equilibrio aunque no siempre sabemos hallarlo.

Un abrazo y feliz año.

María

tetealca dijo...

Zoldar: te entiendo perfectamente.
la ansiedad a veces funciona mal, como una alarma averiada que te pone en alerta cuando no debe y te jode.
Como cuando suena la alarma del coche por la noche, te despierta y te hace levantarte y luego es una falsa alarma.
Hasta otra.

jordicine: Es cierto, sólo el que ha pasado por ello sabe lo mal que se pasa, y es una experiencia que no se olvida.
Un abrazo.

Casti: Llevaba mucha razón tu profesor, es necesario un mínimo de ansiedad para ciertas actividades de la vida.
Un beso.

Maria varu: Esa es la cuestión, el buscar ese equilibrio que no es facil. Y es cierto que ese equilibrio es deseable en todos los aspectos de la vida.
Gracias por visitar mi castillo.

diego dijo...

-lo mejor, es comprenderla, aprender a controlarla y no temerle- Tetealca, yo creo que ésta es la clave, la ansiedad en dosis adecuadas es necesaria, el hombre no habría llegado hasta donde ha llegado si su cerebro fuera plano. Lo malo es no tener (o no haber aún aprendido a utilizar) la llave que regule la intensidad de esos sentimientos humanos.

eclipse de luna dijo...

Supongo que en una justa medida puede ser buena la ansiedad, lo malo es controlarla..a mi me juega malas pasadas porque se controlarla a veces lo intento pero siempre consigue ganarme la batalla.
Un besito y una estrella.
Mar

tetealca dijo...

Diego: Llevas razón y creo que la llave que regula su intensidad está y depende del nivel de alarma que un acontecimiento o hecho nos produzca.
Gracias por volver por mi castillo.

mar:Debes de seguir luchando para ganarle al fin la guerra.
La clave creo que está en perderle el respeto, no tenerle miedo y aceptarla.
Un abrazo y gracias por pasar por mi castillo.